«Estamos destrozados. Mi pareja Juan Antonio García y yo lo llevamos muy mal. Estamos totalmente hundidos. Lo que sucedió en la cena del Costa Concordia fue una pesadilla que jamás en la vida conseguiré olvidar. Puedo decirte que estoy en tratamiento psicológico y de baja», comenta Sebastià Rubí, uno de los supervivientes mallorquines del naufragio del Costa Concordia en Italia.
«Nosotros queríamos celebrar nuestra luna de miel y al final casi asistimos a nuestro propio funeral. Fue una pesadilla, pero quiero decir que, a pesar de estar con el agua al cuello, el amor que siento por Juan Antonio ha conseguido superarlo todo», prosigue Rubí.
«Cada vez que veo al capitán Schettino diciendo que quiere reincorporarse al trabajo y que demostrará su inocencia no puedo creerlo. ¿Este tipo que busca que le pagen? Sinceramente, este hombre está loco. Hay vídeos, grabaciones, etc. La compañía trató de pactar con nosotros y, en un primer momento, nos ofrecieron 11.000 euros a cada uno. Después, nos subieron a 15.000 euros por cabeza, pero nosotros lo consideramos insuficiente e iremos a juicio», concluye Sebastià.
Por su parte, Manuel, otro de los supervivientes residentes en Calvià, destaca: «La tragedia que nos tocó vivir no la olvidaremos nunca, pero tampoco queremos que se rían de nosotros. Nos habían ofrecido unas cantidades que no cubren ni los gastos. Por eso llegaremos hasta el final», concluye.
Familiares del mallorquín fallecido, Guillermo Gual, han afirmado que tienen el caso en manos de sus abogados y que esperan que la Justicia dicte sentencia.