Una pareja mallorquina fue hallada sin vida ayer en su chalet de una urbanización de Valencia. Se trata de Sylvia Llompart, de 48 años de edad, y Carlos De Andrés, de 40. Aunque en un principio se especuló con que se tratara de un caso de violencia de género, al cierre de esta edición la investigación apuntaba a un doble suicidio.
Desde hace unos días nadie tenía pistas sobre el paradero de la pareja, que se había trasladado de Mallorca a Valencia hacía una década, aproximadamente. La familia de Sylvia dio la voz de alarma, pero la policía acudió a la casa de la urbanización de La Balsilla de Vilamarxant y comprobó que estaba correctamente cerrada. El Peugeot 407 de los mallorquines estaba estacionado en el garaje y no era visible desde el exterior. Así pues, los agentes pensaron que Sylvia y Carlos se habían ausentado de manera voluntaria.
La familia de ella insistió en que todo era muy raro, sobre todo porque no respondía a las llamadas telefónicas. Ayer, a eso de las diez y media de la mañana, los policías regresaron al chalet y decidieron entrar en la vivienda. El panorama, dentro, era dantesco: había una gran cantidad de sangre en el suelo y Sylvia se hallaba sin vida, al parecer por heridas de arma blanca. Después fue hallado su novio, también muerto y colgando de un árbol. La perrita de la pareja merodeaba junto a los cuerpos.
En un primer momento, los investigadores pensaron que se trataba de un crimen, pero después fueron analizando los cuerpos y el escenario y llegaron a la conclusión que la mujer se había quitado la vida de forma voluntaria. Según esta hipótesis, Carlos habría hecho lo mismo nada más descubrir a su compañera fallecida. La mujer era viuda de su primer matrimonio y tiene dos hijos. Cuando se enamoró de Carlos, ambos se trasladaron a vivir a Valencia. El hombre trabajó como representante de una conocida marca de chicles y ella, en la actualidad, estaba en paro. Además, atravesaba por una fuerte depresión.