Agentes de la Guardia Civil se han hecho cargo de la investigación del robo de más de 12.000 euros en joyas perpetrado en un domicilio particular de Maria de la Salut.
«Sobre las 14.15 horas, un hombre que decía que era de GESA nos tocó a la puerta y nos comentó que la compañía eléctrica había detectado un incremento muy elevado de nuestro consumo y que venían a revisarlo», relata Antoni Castelló, uno de los afectados.
«Nosotros le dejamos pasar y el falso operario sacó unas pinzas y las colocó en el contador de la luz. Acto seguido, nos dijo que ahora vendría su jefe para realizar las comprobaciones pertinentes. En ese momento no sospeché absolutamente nada. Cuando llegó su compañero empezamos a mirar habitación por habitación todos los enchufes de la casa, pero lo que estaban haciendo realmente era inspeccionar la casa. Mi mujer, el domingo se había quitado el oro y lo dejó sobre una bandeja y una bolsa. Cuando lo localizaron, uno de ellos realizó una maniobra de distracción y el otro arrasó con todo», concluye Antoni.
Según la denuncia interpuesta en el cuartel de la Guardia Civil, la valoración de las joyas puede ascender a más de 12.000 euros. Se trata de un reloj de firma exclusiva, medallones y cruces de oro al estilo mallorquín, cordones, pendientes y unos aros asiáticos, entre otros objetos de valor.
Antoni y Francesca, llevan más de 40 años casados y, durante toda su vida, han ido comprando joyas. De hecho, el matrimonio afirma que había piezas que tienen más de 30 y 40 años de antigüedad.
Los hechos se produjeron en un inmueble de la calle Major del municipio de Maria de la Salut.
Rápidamente, la Policía Judicial de la Guardia Civil acudió hasta el lugar del suceso y la Unidad Científica tomó huellas. En una de las palanganas que era utilizada como joyero los investigadores consiguieron descubrir unas huellas que, con casi toda probabilidad, pertenece a los presuntos ladrones.
Las investigaciones siguen su curso y no se descarta que se produzca algún avance en la misma en los próximos días.
Los ladrones eran dos hombres de unos 30 y 60 años respectivamente y de nacionalidad española.