Un payés descubrió en la mañana de ayer el cadáver de una joven brasileña en el fondo de una charca de las afueras de sa Pobla. La Guardia Civil y la Policía Local llevaban a cabo al cierre de esta edición ímprobas gestiones para aclarar las causas de la muerte de la extranjera. Los investigadores barajaban todas las hipótesis a la espera de que se practique la autopsia.
El martes, un bolso apareció flotando en la ciénaga, que mide unos 15 metros de largo por 15 de ancho. Se trata de una balsa de agua artificial, en una finca un tanto recóndita. En el interior había unas pastillas de un medicamento y unos papeles de una brasileña al parecer ilegal, que vivía entre sa Pobla y el Port d'Alcúdia. Se trata de una mujer que frecuentaba peligrosas compañías y que no tenía domicilio fijo.
El hallazgo del bolso no se relacionó en un primer momento con que a la joven le pudiera haber ocurrido algo, ya que el agua estaba muy turbia y no se halló nada más. Ayer por la mañana, sin embargo, un pagés pasó por la zona, próxima a s'Albufera, y descubrió a unos dos metros de profundidad el cuerpo de una mujer. Estaba boca abajo y muy hinchado, por lo que piensan que llevaba entre una semana y nueve días bajo el agua.
La Policía Local fue informada del hallazgo y los agentes se desplazaron hasta la finca. También se movilizó a la Policía Judicial de la Guardia Civil, que se hizo cargo de las diligencias. El paraje quedó precintado, mientras se iniciaba la investigación. Los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) fueron los encargados de entrar en la charca, sacar el cadáver y registrar el fondo, en busca de indicios sobre lo ocurrido.
En una primera inspección ocular al cadáver, la forense Jiménez no apreció indicios de violencia evidente, pero los investigadores tienen algunas dudas sobre lo ocurrido. Se trata de una finca alejada, por la que pasa poca gente, y no está claro cómo la joveb llegó hasta esa propiedad y cayó en el agua.
La autopsia, que se le practicará mañana, puede despejar muchas incógnitas.