La Audiencia Provincial de Sevilla ha acogido la declaración de hasta cinco testigos que estuvieron en Montequinto con el acusado Samuel Benítez durante el día 24 de enero de 2009, cuando se produjo la desaparición y el presunto asesinato de la joven Marta del Castillo, quienes han dejado al imputado sin coartada entre las 21.15 y las 22.30 horas, franja temporal en la que Samuel no estuvo ni fue visto por ninguno de ellos.
Durante la novena sesión del juicio que se sigue en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial, que se ha prolongado por espacio de apenas dos horas, han prestado declaración ante el tribunal, en calidad de testigos, las cinco personas referidas anteriormente, todas las cuales conocieron a Samuel el día antes de los hechos y que han testificado protegidos por una mampara; los dos socios del bar del hermano del autor confeso del crimen y otros dos amigos de Francisco Javier Delgado.
En la sesión, ha destacado la declaración prestada por la que fuera pareja en enero de 2009 de Samuel, E.R.M., quien, en primer lugar, ha negado que mantuviera una relación sentimental con el acusado, relatando que el 24 de enero estuvieron entre las 13.00 y las 19.30 horas en un cumpleaños en Condequinto y, debido a que sus amigas fueron a cambiarse de ropa, se quedó sola con el imputado y estuvieron en un parque. En este punto, ha dicho no recordar que el acusado recibiera una llamada del 'Cuco' esa tarde.
Asimismo, ha añadido que, sobre las «nueve y algo» salieron del parque y se dirigieron hacia la hamburguesería donde habían quedado para cenar con el resto de amigos, donde lo dejó con ellos mientras ella se iba a casa a arreglarse, de manera que no fue hasta las 23.15 horas cuando volvió a verlo en el pub de Montequinto donde habían vuelto a quedar todos. La testigo ha subrayado que, entre las 19.30 y las 21.15 horas, estuvieron juntos «todo el tiempo».
Llamada de Samuel a Miguel
Durante la estancia en el pub, «le llamaron unas cuantas de veces, pero salía afuera para hablar, no hablaba delante de nosotros», agregando que en esas llamadas «le preguntaron por Miguel, pero como no tenía saldo en su móvil le pidió el teléfono a una amiga» al objeto de ponerse en contacto con el autor confeso del crimen. Así, «le preguntó a Miguel si sabía algo de Marta, y él le dijo que la había dejado a las 21.00 horas en su casa y que se había ido con su novia».
Tras ello, salieron del pub sobre las 1.30 horas y, tras encontrarse en el camino con unos amigos, se dirigieron hacia la parada de autobús, y ha indicado que le tuvo que dejar dinero para coger el autobús --"en la hamburguesería también le tuvieron que dejar dinero para cenar"--, asegurando en este sentido que «vio a Samuel subirse al autobús» sobre las 2/2.30 horas.
La testigo, que ha precisado que el autobús tarda «entre 15 y 30 minutos» en llegar desde Montequinto hasta la parada que tiene en el Prado de San Sebastián de la capital hispalense, ha indicado que, después del 24 de enero, lo volvió a ver «un par de fines de semana» y una vez Samuel la llamó y le dijo que «había guardado los tickets del autobús», aunque ha dicho desconocer por qué los guardó.
«Coacciones» de la policía
De igual modo, la que fuera pareja de Samuel ha dicho que «no se sintió cómoda» en las declaraciones que prestó ante la Policía después de producirse la desaparición, pues en la primera declaró, siendo menor de edad, sin la presencia de sus padres, y la Policía, ha asegurado, le «gritaba mucho» y le «metió mucha presión, como si supiera algo», por lo que ha dicho que se sintió «coaccionada». En la segunda declaración, y ya en presencia de su madre, le amenazaron con «meterla en prisión si seguía diciendo lo mismo».
Otra testigo, E.O.B., ha afirmado que también conoció a Samuel un día antes de la desaparición, ya que E.R. «lo conoció a través de Internet y era su novia», y ha relatado que, sobre las 19.00 horas y después de celebrar el cumpleaños, Samuel y E.R. se quedaron solos, y no fue hasta las 22.30 horas cuando volvieron a ver a Samuel, que «no iba acompañado» por su entonces pareja, quien ha defendido que dejó a Samuel en la hamburguesería a las 21.15 horas.
Posteriormente, se dirigieron al pub y vio cómo Samuel «entraba y salía una vez», y tras entrar el acusado «comentó que una amiga había desaparecido, que él sabía que estaba con Miguel y que le había estado llamando desde su móvil pero no lo cogía», de manera que esta testigo «se prestó» para llamar a Carcaño, quien le dijo que «a las 21.30 horas había dejado a Marta en su casa y que él estaba en casa de su novia». Tras ello, le dejó el teléfono a Samuel para que hablara con el autor confeso del crimen, conversación que mantuvieron fuera del pub.
Samuel había quedado con 'el Cuco' en Sevilla, según otra testigo
Una tercera testigo, A.M.G., ha coincidido con la anterior en que Samuel no llegó a la hamburguesería hasta las 22.30 horas y que no vio que llegara con su entonces pareja. Una vez en el pub, Samuel «entraba y salía porque atendía a llamadas de teléfono"; en un momento dado, esta joven le preguntó cómo iba a volver a Sevilla, y Samuel le contestó que iba a coger el autobús hasta el Prado, donde había quedado con el 'Cuco' para que lo recogiera --"iba a ir en bicicleta"-- y lo llevara al trabajo. «No dijo nada de que fuera a buscar a Marta», ha aseverado.
Asimismo, otra joven, identificada como M.R.S., ha dicho que, el día de los hechos, Samuel «estaba constantemente pendiente del teléfono móvil». «No paraba con el móvil, ni cenando --"llegó a la hamburguesería a las 22.20 horas acompañado por su exnovia, que se marchó"-- ni en el pub», ha añadido, precisando que, una vez en el pub, Samuel «recibió unas cinco llamadas» y salió «para hablar, unos cinco o diez minutos cada vez».
Otro joven, C.N.G., ha señalado que Samuel llegó a la hamburguesería en torno a las 22.20 horas, y que cuando lo vio, ya en el interior del establecimiento, «estaba sólo». Tras ello, fueron en el coche de su padre hasta el pub, donde estuvieron hasta las 1.30 horas «más o menos», tras lo que se despidieron, aunque al rato volvió a ver a Samuel «hablando» con otras personas cerca del pub.
De 1.30 a 3.00 horas no hubo clientes en el bar del hermano de Miguel
Este lunes también han prestado declaración los dos amigos y socios del bar del hermano de Carcaño, el primero de los cuales, R.M.G., ha indicado que, en la madrugada del 25 de enero, Francisco Javier Delgado llegó a trabajar sobre las 00.00 horas y ha asegurado que «no le notó nada raro», mientras que el segundo de los socios, J.S.G., ha dicho que la noche del 25 de enero no se cerró la caja, lo que se «solía hacer cuando la caja no estaba cuadrada».
Este testigo ha puesto de manifiesto que entre las 1.30 y las 3.00 horas no se registraron consumiciones en el bar --"yo mismo he llegado a no tener consumiciones en esa franja horaria"-- y, cuestionado sobre el «descuadre» de la caja registradora, ha asegurado que entre los años 2003 y 2009 «habrá ocurrido unas diez o doce veces». «Yo también he tenido descuadres en la caja», ha agregado, señalando que después del 24 de enero «no vi comportamientos raros» en el acusado.
Otro testigo, J.A.B., ha dicho que, tras la desaparición de la joven, Francisco Javier Delgado le dijo que «algo gordo se le venía encima». «Le pregunté sobre esto, y me dijo que ya me enteraría», ha añadido, al tiempo que ha señalado que tras la referida desaparición, el hermano de Carcaño «también me dijo que quería dejar el bar», en una conversación en la que estuvo presente María García.
Un último testigo, E.R.P., ha dicho que habló con Delgado el día siguiente de la detención de Carcaño, y «estaba desolado porque para él era algo increíble; no se lo esperaba».