El último adiós de Efosa Okosum, el joven fallecido en los incidentes de Son Gotleu de la madrugada del pasado día 29 de agosto, acabó como el rosario de la Aurora.
Golpes, insultos y mucha tensión fueron la nota discordante de una jornada de duelo, dolor y llanto.
A las nueve de la mañana de ayer, el cuerpo del joven nigeriano era expuesto en una sala del tanatorio municipal de Palma para ser velado, transcurriendo el mismo sin ningún tipo de incidente. Hasta el recinto municipal se desplazaron para dar el último adiós aproximadamente unas 250 personas, entre ellas, dirigentes de la coordinadora de ONG's de Balears y representantes del pueblo gitano. Joaquín Fernández, pastor evangélico de la comunidad gitana, visiblemente afectado, destacó: «Ha pasado un mes desde los incidentes y es muy importante transmitir un mensaje de tranquilidad, unión entre todos los residentes de la barriada sean negros, payos, gitanos etc... Ha muerto un ser humano y hay que rezar por él. El momento de la reconciliación y los mejores deseos de paz deben prevalecer en nuestra sociedad», concluyó.
Unos minutos más tarde de las doce y media, personal de la EFM (Empresa Funeraria Municipal) condujo en un coche fúnebre el cuerpo hasta la tumba donde fue enterrado. En ese momento, se vivieron instantes de mucha emotividad. La hermana mayor de Efosa se quitó los zapatos, comenzó a llorar desconsoladamente y fue necesaria la ayuda de varios familiares y amigos para tratar de consolar el dolor y la pena.
Durante todo el entierro, una intensa lluvia, en algunos instantes convertida en aguacero, hizo acto de presencia. Una vez finalizado el mismo y, justo en el momento en que parecía que los actos de sepultura habían concluido, saltó la chispa que desencadenó una serie de incidentes.
Al parecer, un joven que acudió al entierro, realizó un comentario negativo contra el difunto. En ese momento, parte de los familiares de Efosa saltaron y se inició una discusión muy acalorada que, poco a poco, fue creciendo hasta llegar a los insultos y a las manos.
Gracias a la rápida intervención y sentido común de la mayoría de los asistentes, se consiguió separar a los implicados. Tras introducirse en un coche los cabecillas de la agresión, el mismo, comenzó a dar acelerones y algunos compatriotas golpearon puertas y el capó del turismo. Al margen de los altercados, el cuerpo de Efosa descansan en paz.