La organización de narcotraficantes mallorquines que operaba en Inca, y en menor medida en Sencelles, Lloseta y Son Serra de Marina, distribuía cinco kilos de cocaína cada dos meses y obtenía enormes beneficios económicos que trataron de camuflar con empresas fantasmas.
El alijo se almacenaba en una planta baja del número 20 de la calle Oms, donde residía Jerónima R.Ll., de 69 años de edad. Curiosamente, la vivienda fue registrada en la mañana del jueves por un perro especial, que no detectó nada. Después entró un segundo can adiestrado, que tampoco descubrió los paquetes. Al final, tras más de una hora de minucioso registro, los agentes de la Policía Judicial de Inca encontraron más de cuatro kilos de cocaína y uno de cristal ocultos en un aparador. La casa estaba muy sucia, lo que dificultó la búsqueda.
Gran pureza
La cocaína era de gran pureza y Bartolomé S.R., y Jaime S.R., hijos de Jerónima, también han sido arrestados en la operación. La nuera de la mujer de 69 años de edad se encuentra en su país, Rumanía, y también está siendo buscada por los investigadores. Lo que no está tan claro es si la mujer volverá a Mallorca.
Durante todo el día de ayer el tema de conversación en Inca fue la operación Malamar del jueves, cuando 50 agentes tomaron la ciudad en la mayor intervención antidroga que se recuerda. Hoy al mediodía está previsto que pasen a disposición judicial los once detenidos, en los juzgados de Inca. La operación sigue abierta y en breve se podría detener a más implicados. Uno de los arrestados, Joan R.R., es muy conocido en Inca y es encargado de al empresa Cespa, de limpieza urbana en Inca.