María Ozana Dos Santos fue asesinada el 19 de marzo de 2006 y su cuerpo se encuentra oculto en unos terrenos de un pueblo de es Raiguer. Esa es la conclusión a la que ha llegado la Guardia Civil tras descubrirse nuevas pistas en el caso de la brasileña desaparecida en Inca.
La Policía Judicial de la Guardia Civil ha reabierto el caso de María Ozana tras encontrarse nuevos indicios sobre lo que le ocurrió ese domingo de marzo. De momento no se han practicado detenciones, pero los investigadores creen que fue una persona de su entorno más próximo.
Desaparecida
La mujer sudamericana llegó a Mallorca en marzo de 2005, procedente de la ciudad brasileña de Goias. Estaba divorciada y tenía tres hijas. Había trabajado cuidando discapacitados, pero tenía serios problemas económicos y decidió probar suerte en Mallorca.
En la isla, trabajó como prostituta en un local de Llubí y luego pasó a otro de Inca. Vivía con algunas compañeras de piso y se casó en un llamado matrimonio de conveniencia. El domingo 19 de marzo salió de casa a las once y media de la mañana. Mintió a sus amiga, diciéndoles que iba a una fiesta infantil, y por la tarde fue vista en la comarca. La última pista que se tiene de ella fue cuando ese día llamó a una amiga desde su teléfono móvil. La compañera descolgó, pero María Ozana no articuló palabra. Luego se cortó la comunicación. Los agentes creen que la persona que la mató le colgó el teléfono, antes de que pudiera pedir ayuda.
Ahora, cinco años después, la Benemérita ha concluido que la prostituta brasileña fue asesinada y que su cuerpo permanece oculto en una propiedad de la comarca de es Raiguer, en concreto en un pueblo próximo al que vivía María Ozana. Las próximas horas pueden ser de vital importancia para el esclarecimiento del caso.