El tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial juzgará este martes, a partir de las 10.15 horas, al acusado de golpear y amordazar al hijo de su ex pareja e intentar agredir sexualmente a ésta en una casa del municipio mallorquín de Sant Joan, aprovechando su ubicación en una zona rural apartada sin construcciones alrededor. Unos hechos por los que la Fiscalía reclama un total de 21 años de cárcel para Víctor Hugo M.M.
En concreto, el Ministerio Público pide para el reo 12 años de prisión por un delito de agresión sexual, un año por lesiones en el ámbito de la violencia de género, dos por un delito de amenazas, seis por detención ilegal y una multa de 720 euros por una falta de lesiones. Además, solicita que se prohíba al imputado aproximarse a su ex compañera sentimental, Z.R.E.R., y comunicarse con ella por un tiempo de 42 años y medio por todos los delitos.
En un duro escrito de calificación, la Fiscalía asevera que el acusado, de nacionalidad ecuatoriana y quien se encuentra en prisión provisional desde el 17 de agosto del año pasado, acompañó a la mujer y al hijo de ésta hasta su domicilio, en el Museu Es Calderers de Sant Joan, para que recogiera algunos objetos personales. Aprovechando que Z.R.E.R. había subido a la primera planta, le dijo al niño que le acompañara a ver unos conejos que tenía en el exterior de la vivienda.
Tal y como asevera el escrito, en un momento en que el menor se agachó para mirar en el interior del baúl en el que supuestamente estaban los animales, el acusado le asestó un fuerte golpe en la nunca con un palo de madera, haciéndole caer al suelo. Tras ello, lo amordazó con un trozo de tela y le ató manos y pies con una cuerda para después marcharse, si bien la presunta víctima logró zafarse de las ataduras. Tanto el palo como la cuerda, según el fiscal, ya los tenía preparados antes de llegar a la finca.
Tras inmovilizar a E.E.C.E., el supuesto autor de los hechos se dirigió hacia su ex pareja y, con ánimo de causarle un menoscabo físico, le propinó un puñetazo en el ojo derecho que la hizo caer al suelo, donde presuntamente le dio varias patadas en la cabeza. Tras ello, la llevó hasta el dormitorio, cerrando la puerta con llave, donde intentó violarla sin conseguirlo. Posteriormente la tiró al suelo y la sujetó violentamente hasta arrastrarla a la puerta donde le ató las manos y los pies con una cuerda y un cable que ya tenía preparados.
De nuevo intentó abusar sexualmente de ella, tal y como prosigue la acusación pública, sin lograrlo, por lo que la agarró alzándola hacia arriba y la golpeó por todo el cuerpo con las manos. En un momento dado, al preguntar la madre por su hijo, el acusado le respondió que «lo vería en el infierno» y, mostrándole una bolsa de grandes dimensiones, le dijo que lo iba a meter dentro, que lo iba a descuartizar en su presencia y que luego haría lo mismo con ella.
La relación
Tras percatarse de la presencia de agentes de la Guardia Civil, Víctor Hugo M.M. desató a Z.R.E.R., instándole a que dijese que se había caído ella sola y aprovechando para ocultar las cuerdas con las que le había atado debajo de una cómoda de la habitación. La Fiscalía señala que desde que la mujer le había comunicado que no quería continuar la relación que mantenía con él, dos meses antes, no paraba de llamarla por teléfono insistiéndole que volviera con él.
Como consecuencia de estos hechos, la presunta víctima sufrió numerosos hematomas y heridas en varias partes de su cuerpo, mientras que su hijo sufrió un traumatismo craneoencefálico con contusiones múltiples.