La Policía Judicial de la Guardia Civil ha detenido a un marroquí de 37 años de edad acusado de agresión sexual con penetración, allanamiento de morada y amenazas de muerte. H. T. supuestamente violó a una joven en Alcúdia tras amenazarla con una catana japonesa de gran tamaño.
De acuerdo con las fuentes judiciales consultadas por este periódico, los hechos ocurrieron en la noche del pasado domingo, cuando la víctima, que es de origen sudamericano, se encontró en un bar de Alcúdia con un magrebí al que conocía de la zona. La pareja se puso a charlar y tomaron una cerveza juntos. La mujer es muy aficionada al cine y comenzaron a hablar sobre películas.
Engañada
El hombre le aseguró que tenía una gran colección en su casa, que quedaba cerca del bar, y los dos se trasladaron a la vivienda de él para ver una película.
Según el relato de la víctima, nada más entrar en el piso del marroquí, el sospechoso se abalanzó sobre ella, pero la mujer le rechazó y le dijo que no deseaba mantener relaciones con él. Acto seguido, ya muy nerviosa, quiso marcharse de la casa, pero el varón la retuvo por la fuerza y comenzó a intimidarla para que no ofreciera resistencia.
A continuación, esgrimió una katana y amenazó con golpearla. A lo largo de esa noche el hombre consumó la violación en varias ocasiones y por la mañana, a primera hora, la víctima aprovechó un descuido de él para escapar de la vivienda y acudir al PAC (Punto de Asistencia Continuada) de Alcúdia, desde donde avisaron a la Guardia Civil.
Al hospital
Los agentes se entrevistaron con la mujer y aplicaron el protocolo habitual en estos casos. La joven fue evacuada hasta el hospital de Inca, donde fue sometida a una revisión ginecológica.
Al acabar, los funcionarios acompañaron a la mujer hasta su casa, y fue precisamente allí donde encontraron al acusado. El marroquí había forzado la puerta de acceso de la vivienda y supuestamente esperaba a la chica para disuadirla de que presentara una denuncia contra él.
El hombre fue arrestado y los guardias civiles registraron su piso, donde intervinieron la catana japonesa. En un principio, el detenido confirmó que habían mantenido relaciones sexuales, pero insistió en que habían sido consentidas por ambas partes. Después, sin embargo, incurrió en una serie de contradicciones.
Ayer por la mañana fue trasladado al Juzgado de Instrucción número 3 de Inca, y por la tarde todavía no había trascendido la decisión del juez.