Catorce bomberos de los parques de Llucmajor e Inca lucharon durante toda la tarde y noche de ayer contra un gran incendio agrícola en una finca de Binissalem, donde al cierre de esta edición seguían ardiendo decenas de balas de paja.
«Lo más importante ha sido controlar el perímetro, para que el fuego no se extendiera a otras fincas vecinas», declaró un portavoz de los bomberos, que calificó las tareas de extinción de «muy complejas». Las llamas comenzaron a las cuatro y cuarto de la tarde, cuando vecinos del Foro de Mallorca detectaron una gran humareda en unos terrenos próximos y avisaron a los bomberos.
Los efectivos del parque de Inca comprobaron que se trataba de una finca repleta de balas de paja y que muchas de ellas ya estaban ardiendo. Los funcionarios pidieron refuerzos y el parque de Llucmajor se sumó a las tareas. En total participaron 14 bomberos y cuatro camiones, que arrojaron agua de forma ininterrumpida sobre la superficie afectada.
Un tractor fue removiendo las balas calcinadas, para que los bomberos pudieran llegar al interior de los bloques humeantes. «La previsión es que se quede en la zona un retén de guardia durante la noche, para que la situación no se nos vaya de las manos, y que por la mañana continuemos arrojando agua y abriendo balas con la ayuda de los tractores», explicaron al cierre de esta edición en fuentes de los bomberos.