Jornada trágica en las carreteras de Mallorca. A las 05.15 horas de la madrugada de ayer, un joven de 23 años de edad identificado como Javier Sánchez Sojo perdía la vida tras sufrir un aparatoso accidente de tráfico.
El siniestro se produjo en el punto kilométrico número 7.200 de la carretera que une Manacor y Porto Cristo.
Investigación
Según las primeras hipótesis de la investigación a las que ha tenido acceso Ultima Hora, el joven conducía un Subaru Impreza de alta cilindrada. Javier Sánchez circulaba con su vehículo en dirección a Manacor cuando, de repente, por causas que se desconocen, perdió el control en una de las curvas, colisionó contra uno de los desniveles existentes entre la calzada y la cuneta, chocó levemente contra uno de los muros de piedra de protección y salió volando. Acto seguido la víctima chocó contra unos árboles y el Subaru comenzó a arder. Cuando llegaron los servicios de emergencia el coche estaba totalmente quemado y el cuerpo del joven vecino de Manacor estaba calcinado. Todo apunta a que en el momento de producirse el accidente, el turismo, con un único ocupante en el interior, circulaba a gran velocidad. Durante un espacio de aproximadamente 50 o 70 metros, durante la mañana de ayer aún podían divisarse una gran cantidad de restos del coche. Rápidamente se personaron en el lugar del suceso numerosos efectivos de la UTC (Unidad Territorial de Costas) y la Unidad Nocturna, ambas pertenecientes a la Policía Local de Manacor, agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, Bombers de Mallorca y una ambulancia medicalizada del 061. A su llegada, los bomberos sofocaron el incendio y el personal sanitario sólo pudo certificar la muerte del joven.
El cuerpo sin vida del conductor debido al incendio era imposible de reconocer. La Guardia Civil, a través de la matrícula del turismo, localizó al propietario y averiguaron que estaba a nombre de su padre. Con suma celeridad se pusieron en contacto con el progenitor, quien acudió hasta el lugar del suceso para intentar identificar a la víctima.
Javier Sánchez, de 23 años de edad, trabajaba como dependiente en una tienda de Vodafone en la localidad de Manacor. Sus padres, de procedencia peninsular pero vecinos de adopción de la localidad manacorina, son personas muy queridas, respetadas y apreciadas en la ciudad. La noticia ha caído como un jarro de agua fría en Manacor. Los vecinos no hablaban de otra cosa y el fallecimiento de Javier ha sido objeto de conversación en los bares, restaurantes y calles del municipio. Todos los que lo conocieron lamentaron profundamente su pérdida.