Los hoteleros de Balears se plantean nuevas medidas para evitar que los jóvenes turistas que se hospedan en sus establecimientos salten de un balcón a otro o a la piscina, como la difusión de un vídeo para concienciar del peligro que acarrea esta práctica, al estilo de los de accidentes de tráfico de la DGT.
Así lo ha manifestado el presidente de la Federación Hotelera de Ibiza, Juan José Riera, que admite estar «muy preocupado» por estos saltos, que, en algunas ocasiones, se han cobrado la vida de los que los practican.
Este tipo de accidentes se vienen registrando habitualmente todos los veranos desde hace unos años, especialmente en Mallorca, Eivissa y en las zonas de residencia de los turistas españoles y europeos más jóvenes.
La consellera balear de Interior, Pilar Costa, explicó la semana pasada que en lo que va de año nueve personas han muerto precipitadas desde edificios en las islas, pero precisó que en esta cifra se contabilizaban todo tipo de inmuebles, e incluso podría incluir algún suicidio.
Problema
El presidente de la Federación Hotelera de Ibiza, Juan José Riera, al igual que la gerente de la Federación Hotelera de Mallorca, Inmaculada de Benito, advierten de que casos de jóvenes que saltan balcones los ha habido siempre y considera que no es que ahora haya más, sino que ahora se le da más publicidad al grabarlo en vídeo y emitirlo.
El problema es «muy difícil» de controlar, porque los jóvenes lo hacen «para hacerse ver» pero «por desgracia, existe y hay que hacer todo lo posible para evitarlo», señala Riera.
Tanto los hoteleros ibicencos como los mallorquines han tratado el asunto con los principales touroperadores y han tomado medidas preventivas para dificultar que se suban a los balcones.
La principal actuación que ha llevado a cabo el sector ha sido aumentar la altura de las barandillas, incluso por encima de los 1,05 centímetros exigidos, llegando al 1,10 o 1,20 u optando por balcones casi cerrados.
Pero el problema persiste y «es una cuestión de gente joven», sobre todo varones, que se sienten como «héroes» y en realidad «son kamikazes», explica Riera, a lo que De Benito añade que, aún así, hay que tener en cuenta que los casos no son tantos si se miran en proporción a la cifra de turistas que llegan a las islas.
De Benito explica que lo más habitual es que estos accidentes se produzcan al tratar de pasar al balcón del apartamento vecino, ocupado por otros amigos, novias o conocidos estando generalmente bajo los efectos de las drogas o el alcohol.
Para reducir la incidencia, tanto los hoteleros como los ayuntamientos de las zonas más afectadas -como son Calvia en Mallorca o Sant Antoni de Portmany en Ibiza- se han puesto manos a la obra y han decidido volver a hablar con los touroperadores para la próxima temporada.
Una de las propuestas, que adelanta a EFE el concejal de Gobernación y Turismo del Ayuntamiento de Portmany, José Ramón Serra, es la de que los operadores turísticos incidan en los peligros que tienen estas prácticas de riesgo para los que las realizan en los mítines de bienvenida que dan a sus visitantes.
«No creo que sea un fenómeno que va en aumento, pero sí muy preocupante», remarca Serra, que aclara que, «por desgracia», el problema no está circunscrito a una zona sino que es algo que ocurre en los destinos turísticos a los que van jóvenes con fácil acceso a las drogas, algo que también advierten Riera y De Benito.
Los hoteleros, impotentes a la hora de controlar a todos sus clientes las 24 horas del día, con este objetivo, plantean como posibilidad hacer campañas visuales como las que realiza desde hace años la DGT con los accidentes de tráfico. «A la gente hay que decirle las cosas claras, ser realista», asevera Riera.
Todos los hoteles explican a sus clientes lo que no se puede hacer dentro de las instalaciones del establecimiento pero, aunque hay personal de vigilancia, «siempre hay quien se salta las normas», apostilla el presidente de la Federación ibicenca.