Varios agentes de la Unidad de Prevención y Reacción del Cuerpo Nacional de Policía (UPR) comparecieron ayer en un juzgado de Palma para responder por los incidentes ocurridos tras el partido Mallorca - Atlético de Madrid de la pasada temporada. Un grupo de aficionados denunció por agresión a los agentes tras una intervención en una de las gradas del fondo norte de Son Moix. En el juicio de faltas celebrado ayer, la Fiscalía solicitó la absolución de los agentes dado que su actuación quedó justificada en la vista y que ninguno de los denunciantes fue capaz de identificar qué agente les habría agredido en concreto.
El inspector jefe de la unidad explicó que el grupo intervino en la grada porque se había producido una agresión: «Nos vimos obligados a entrar después de ver cómo el agresor daba patadas en la cabeza a la víctima». Los agentes detuvieron al agresor y sacaron a la víctima del estadio.
Pelea
En ese momento, varios compañeros del detenido subieron a preguntar dónde estaba su compañero, dejaron la grada e intentaron salir del estadio por una puerta que estaba cerrada. La policía les impidió la salida por ahí, dado que tras esa verja estaban tanto el agresor, que permanecía retenido, como el agredido, al que examinaban los médicos: «Les dijimos que tenían que salir por otra puerta y como se negaron, empleamos una fuerza limitada».
Los denunciantes insistieron en que los agentes les golpearon sin mediar provocación. Uno de ellos manifestó que estaba «tirado» en las escaleras cuando recibió una patada, otro insistió en que preguntaron dónde habían llevado a su amigo y que, entonces, fueron agredidos. Eso sí, ninguno de ellos identificó a los agentes que los acusan. Uno de ellos había sido expedientado antes tras la denuncia de uno de los agentes denunciados.
Uno de los jóvenes que denunciaban protestó de forma airada cuando el inspector insistió en varias ocasiones que formaban parte de un grupo de ideología nazi. «Es un grupo liderado por 30 ó 40 neonazis que son los que deciden», insistió el inspector.