Anochela Guardia Civil había encontrado un enorme laboratorio de droga en los bajos de un bar de Cala Egos, propiedad de uno de los detenidos en la operación. Por la noche un camión recogió bolsas repletas de droga -sobre todo plantas de marihuana- y fuentes cercanas al caso explicaron que se trataba de un laboratorio «modernísimo».
Al parecer, fue el propio dueño del local el que, cansado de que los funcionarios registraran el establecimiento, les espetó: «Estáis perdiendo el tiempo, vamos abajo mejor». Sabía que la localización de zulo era cuestión de tiempo. En el agujero, de grandes proporciones, se hallaron varias salas, con puertas blindadas, y un avanzado sistema de riego para las plantas, filtro de aire (para que en el exterior no se detectara el olor a marihuana) y otros artilugios de última generación.
Las fuentes consultadas insistieron anoche en que era uno de los laboratorios «más importantes» descubiertos en los últimos años y no descartaron encontrar más. De hecho, hace tiempo que los investigadores sabían que en Cala Egos y Cala d'Or se vendían grandes cantidades de droga en locales de ocio nocturno.
Lo que no sabían los funcionarios antidroga es que en los bajos de un bar se había construido un gran laboratorio, con todo tipo de lujo. Hoy por la mañana los detenidos serán interrogados en las dependencias policiales y están previsto nuevos registros. Con la documentación intervenida, en agendas y en ordenadores, se podrá determinar cuáles eran los principales contactos y suministradores de la banda. En este sentido, uno de los investigadores indicó que se puede producir un «efecto dominó», es decir, que empiecen a caer otros narcotraficantes de distintos puntos de la Isla. Algunos serían de etnia gitana, pero otros no.