En un despliegue policial sin precedente que cerró a cal y canto los juzgados de Vía Alemania y todos sus accesos, los nueve detenidos por el asesinato de 'La Parrala' en el poblado de Son Banya pasaron ayer por la tarde a disposición judicial.
El clima de los dos últimos días, con anuncios de venganza por parte de familiares de la fallecida, provocó que la Policía Nacional extremase todas las precauciones. Así, los detenidos fueron trasladados en torno a las seis de la tarde desde la Jefatura de Policía en la calle Ruiz de Alda hasta los juzgados en furgón. El cordón policial abarcó todo el edificio de los juzgados y era especialmente notorio en la calle Parellades, la trasera de los juzgados, donde dos agentes vigilaban cada una de las esquinas. El despliegue cerró la verja de los juzgados y no se permitió el acceso a nadie al patio del antiguo colegio de La Salle. Incluso los agentes pusieron una cinta para impedir el paso de peatones por la acera más cercana al edificio judicial.
Incluso la hora de llegada a las dependencias de los detenidos fue anómala: a media tarde, cuando normalmente son trasladados, bien a primera hora de la mañana o de la tarde.
Medias de seguridad de esta magnitud no se tomaron en traslados equiparables, como los de la 'operación Kabul', en los que sí se concentró mucha gente en el exterior del edificio de Via Alemania.
Tranquilidad exterior
Sin embargo, en el exterior del edificio la tranquilidad fue absoluta. Apenas tres o cuatro personas esperaban en el exterior del edificio, y por otros de los detenidos del día. Ni los miembros del 'Clan de la Paca' ni los familiares de los detenidos hicieron acto de presencia por las inmediaciones de Vía Alemania.
Los detenidos fueron trasladados, como siempre, esposados al interior de los calabozos a la espera de ser interrogados. Incluso uno de ellos se permitió lanzar besos a los medios que esperaban en la calle.
De esta forma, a partir de las ocho de la tarde, comenzó la toma de declaración de detenidos en el juzgado de guardia. Los primeros en pasar fueron los siete detenidos el pasado martes en Menorca. A ellos les tomó declaración la jueza de guardia de Ciutadella, que se trasladó a Mallorca para hacerse cargo de estos detenidos. Tras la declaración de éstos, que se prolongó hasta bien avanzada la madrugada, la juez titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Palma, Piedad Marín, hizo lo propio con los otros dos, los arrestados el lunes por la noche en el hospital de Son Llàtzer.
También pasó a disposición judicial el principal de los sospechosos, 'El Farru', que en principio se especulaba que no lo haría, ya que hasta ayer estuvo ingresado por un balazo en la cadera que recibió durante el tiroteo del lunes por la noche en el poblado gitano.
La declaración de los detenidos empezó a una hora tardía ya que, antes de ella, la juez tuvo que ocuparse de otros diez detenidos trasladados por distintos cuerpos de seguridad durante todo el día de ayer.
La declaración de los detenidos ante la juez es la primera desde que fueron arrestados por los hechos. En la sede de la Policía Nacional, ninguno de ellos aceptó prestar declaración y se acogieron a su derecho a guardar silencio.