«¿Qué será de mi vida sin Juan?, se repite, una y otra vez, Paquita, la viuda de Juan Molero Moreno.
La mujer, según información facilitada por sus familiares más próximos, se encuentra en estado de Shock.
La vida le ha jugado una mala pasada y le arrebata al hombre que trabajando con ella en una lavandería, hace unos años, le consiguió cautivar el corazón.
Hablamos con una de las personas que mejor conoce la historia de Paquita y de su familia.
«Paquita y Miguel (presunto asesino), se casaron por la iglesia, hace unos 30 años aproximadamente. Estuvieron juntos unos cuatro años, más o menos, y fruto de ese matrimonio nacieron dos hijos, una niña y un niño. Cuando la pequeña tenía dos años y el niño sólo seis meses, Miguel los abandonó y desapareció.
Desde aquel día, Paquita no volvió a tener contacto con Miguel, incluso se pensó que podía haber fallecido. La mujer se fue a vivir con los niños a casa de sus padres y se puso a trabajar en una lavandería. En el puesto de trabajo conoció, años después, a Juan Molero Moreno. Tras un tiempo de noviazgo, decidieron formalizar su relación», relata visiblemente afectada el familiar que nos está relatando los hechos.
Tras una breve pausa, proseguimos: «Paquita y Juan se compraron un piso, sito en la calle Son Alemany, 14. Allí vivían junto a los hijos de ella, aunque Juan los quería cómo si fuesen suyos. Pasado un tiempo de relación deciden formalizar su relación y se casan en el Juzgado de lo Civil de Palma. Fue un enlace muy emotivo».
Otro de los puntos importantes de la historia y que resulta muy esclarecedor de la atormentada vida del presunto asesino es que «Su familia, al fallecer el padre de Miguel, para solucionar el tema de la herencia consiguió que los tribunales diesen a Miguel por desaparecido. Tras conseguirlo, nunca más volvimos a saber nada de esta historia. Ayer, (viernes para el lector), fue un día muy triste. Después de más de 30 años se presentó este hijo de...y destroza la vida de una familia ejemplar, honrada y trabajadora. No hay derecho», concluye.
Durante todo el día de ayer en Son Oliva no se hablaba de otra cosa.
En una mañana soleada y veraniega, fueron muchos los residentes de la zona que salieron a tomar algo en los bares y cafeterías. El tema de conversación no era otro que comentar la trágica muerte de su vecino Juan Molero Moreno, de 59 años de edad.
«La justicia en España es una mierda. Este hombre tiene 66 años, ahora lo encerrarán, pero a los dos o tres años, con casi 70 dirán que está enfermo y lo pondrán de patitas en la calle. Yo le cortaría las piernas y los brazos», relata un vecino visiblemente indignado.
Los nervios están a flor de piel. La rabia y el dolor se respira en el ambiente. Una vecina finaliza diciendo: «Estoy segura que Dios lo tiene sentado a su lado, porque hay poca gente tan buena como Juan».