JULIO BASTIDA
Familiares y amigos de las víctimas implicadas en la pelea multitudinaria registrada entre dos clanes gitanos el pasado miércoles y en la que intervinieron un centenar de personas temen represalias y «venganza».
A primera hora de la mañana de ayer, y ante grandes medidas de seguridad, agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) presentaron ante el juzgado de guardia a tres de los ocho detenidos involucrados en la reyerta.
Tras una larga declaración, el magistrado Miquel Florit, titular del Juzgado de Instrucción Número 6 en funciones de guardia decidió dejar en libertad con cargos a dos de los tres detenidos. El tercero, el juez ordenó el ingreso en el centro socioeducativo de Es Pinaret, al tratarse de un menor. Los otros cinco restantes permanecen en los calabozos policiales y en las próximas horas serán puestos a disposición judicial.
Los arrestados estuvieron arropados en todo momento por un gran número de personas de etnia gitana que se encontraban en las proximidades de los juzgados. Por razones de seguridad los agentes del CNP y el personal de seguridad privada del edificio impidieron el acceso a los familiares y amigos de los detenidos quienes tuvieron que esperar en los bares de la zona sin que se registrase incidente alguno.
Según información a la que ha tenido acceso Ultima Hora, existe gran preocupación en el seno de ambos clanes gitanos de las posibles represalias que puede generar este caso.
La puesta en libertad de algunos de los participantes más activos de las reyertas no hace más que incrementar la preocupación de familiares y amigos.
«Niño, los gitanos no somos como los 'payos'. Aquí quién la hace la paga. ¿Tú has oído eso del ojo por ojo y diente por diente?, pues ya sabes. No es normal que un grupo de gitanos se te presenten en tu casa y te secuestren a tu niño. No sé como acabará esto», afirmaba un familiar que prefirió no facilitar su identidad.
La reyerta se inició el pasado miércoles cuando un joven de 19 años de edad entró en casa de su ex pareja sentimental y le arrebató por la fuerza y utilizando la violencia física a su hijo de un año y medio.
A partir de ese momento se desató una oleada de violencia en la que participaron casi un centenar de personas y fue necesaria la presencia de más de 60 agentes del Cuerpo Nacional de Policía y Policía Local para restablecer la paz. El balance final de la intervención fue de una decena de heridos, varios de ellos fueron hospitalizados, ocho detenidos y más de 25 identificados.
Por otra parte, según fuentes policiales, en los últimos diez días, en las diferentes riñas y reyertas multitudinarias registradas en Palma se han visto implicadas más de 400 personas, 10 detenidos, decenas de heridos, 3 policías heridos y cuantiosos daños materiales.