Una veintena de pacientes del área de Hemodiálisis del hospital de Son Llàtzer fueron evacuados ayer a toda prisa a consecuencia de un incendio que se declaró en una de las máquinas de aquella unidad, y que provocó una gran humareda.
Faltaban cuatro minutos para las doce del mediodía cuando uno de los boxes de la tercera planta del hospital, que estaba cerrado y sin pacientes en el interior, quedó envuelto en una densa humareda. Rápidamente desde la dirección del centro se puso en marcha el protocolo de emergencia y el área fue desalojada. Por fortuna, no había ningún enfermo conectado a las máquinas, ya que la sesión de hemodiálisis acababa de finalizar. Los pacientes salieron al pasillo, mientras los bomberos de Palma eran avisados con carácter de máxima urgencia. Los funcionarios estaban apagando un pequeño fuego en la calle Forn den Vila, que dejaron precipitadamente para dirigirse al hospital: «Son Llàtzer tenía prioridad sobre cualquier otro servicio», contó ayer el sargento Andreu Munar, que participó en la extinción del siniestro. En total, llegaron al hospital 16 bomberos, con las señales acústicas apagadas para no provocar más alarma en el recinto hospitalario. También la Policía Local se movilizó y envió a la Unidad de Intervención Inmediata (UII) hasta el edificio de la carretera de Manacor.
En las otras áreas del hospital cundió cierta alarma y algunos pacientes y trabajadores protagonizaron carreras para alcanzar la salida, sobre todo cuando se extendió la noticia de que había un box envuelto en llamas. El doctor Joan Gascó y la directora de enfermería, María Cano, explicaron que la situación se había controlado con relativa rapidez y que todo apuntaba a un cortocircuito como causa del incendio en el aparato de hemodiálisis. «El humo ha justificado la evacuación del área y se ha aplicado el plan habitual en estos casos», añadieron. Dos trabajadores resultaron intoxicados de carácter leve.