El secuestro se produjo a las once de la noche del martes, cuando el hombre estaba en su casa en Felanitx. Se trata de un varón de nacionalidad marroquí, que la banda de narcotraficantes confundió con otro de una organización rival.
Los narcotraficantes habían estado espiando a su víctima y conocían sus movimientos, según se desprende del relato de los hechos que efectuó el magrebí una vez que quedó en libertad. Tras caer sobre él, lo subieron a un coche y se lo llevaron hasta un casa de Cala Murada, donde lo retuvieron hasta las cinco de la madrugada.
Durante su cautiverio el secuestrado comprendió que lo habían confundido con otra persona y les intentó hacer ver, a sus captores, que no tenía nada que ver con un alijo de drogas que había desaparecido.
Los delincuentes se mostraron rudos con él y lo maltrataron, aunque las fuentes consultadas matizaron que no se podía hablar de torturas «sólo de amenazas y algunos golpes». Los secuestradores le insistieron una y otra vez en que les dijera el lugar donde habían ocultado la droga y al final, cuando comprobaron que no tenía nada que ver con el robo, lo dejaron en libertad. Antes le amenazaron con tomar represalias si contaba algo de lo sucedido. El vecino de Felanitx, sin embargo, no hizo caso de las advertencias y acudió al cuartel de la Guardia Civil a presentar una denuncia.