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Empieza la extracción del combustible del 'Don Pedro' en Eivissa

Ya ha finalizado la recuperación de las cuatro toneladas de baterías de coche

UH-EIVISSA
La empresa Iscomar informó ayer de que ha comenzado la recuperación del combustible del buque «Don Pedro», hundido a la entrada del puerto de Eivissa el pasado día 11, si bien «la extracción estable y sistemática» del mismo se logrará, probablemente, a última hora de la tarde u hoy.

Las tareas comenzaron por la mañana con las primeras pruebas, sin que «se registren incidencias destacables», aseguró a través de un comunicado la empresa propietaria del pecio hundido a milla y media del puerto de Eivissa y a 45 metros de profundidad.

Los técnicos de la empresa holandesa Weijsmuller Salvages son los encargados de realizar el trabajo de extracción del combustible, señaló Iscomar, que asegura que Marina Mercante y Salvamento Marítimo están permanentemente informados de la situación, que «no presenta en estos momentos ningún elemento fuera del programa».

El viernes finalizaron las tareas de recuperación de cuatro toneladas de baterías de coche gastadas que había en la bodega del «Don Pedro» y cuyo destino era un centro de reciclaje de la Península.

Las baterías iban selladas con su propio tapón de seguridad y almacenadas en pequeñas cantidades en contenedores de plástico, que a su vez iban en un «container».

Para llevar a cabo con seguridad medioambiental los trabajos de extracción del combustible, se ha instalado en la zona marítima afectada una barrera de 400 metros de extensión para evitar cualquier fuga y que ésta alcance la costa ibicenca.

La empresa naviera recordó que se ha cumplido el protocolo de prevención para los trabajos de extracción del combustible, que consisten en habilitar la referida barrera marítima, así como la descontaminación del buque extrayendo madera, pintura, cabos y otros materiales.

El equipo que lleva a cabo los trabajos de extracción está compuesto por trece buzos profesionales, dos responsables de rescate y un ingeniero de salvamento procedentes de Sudáfrica, Holanda y España.

Los buzos estarán en todo momento controlados desde el «Jacomina», el barco que da servicio a Weijsmuller, a través de un cable que les aporta aire, comunicación y una línea de transmisión de señal de vídeo, para que todo salga bien.

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