En las investigaciones iniciadas por la Guardia Civil para tratar de esclarecer el hallazgo el pasado miércoles de los cadáveres de una pareja de húngaros en las cercanías de las cuevas de es Cuieram, cobra fuerza la hipótesis de que se trate de un crimen de corte machista.
Esta conjetura está respaldada por el resultado de los dos autopsias practicas ayer en la Clínica Forense. El responsable del juzgado de Instrucción número 4, Santiago Pinsach, de guardia esta semana, recibió ayer el informe desprendido del estudio forense practicado a los cuerpos.
La autopsia reveló que el hombre, Robert B., nacido en Budapest hace 46 años, murió por asfixia debida a ahorcamiento 24 horas después que la mujer. Por el momento, nada parece indicar que su muerte no fuera fruto de un suicidio.
El estudio post mortem practicado al cuerpo de la fémina, Katahn O., de 29 años y también natural de Hungría, confirmó su muerte por asfixia a manos, presuntamente, de Robert. Katahn fue ahogada con una cuerda. Su cuerpo, maniatado a la espalda, esposado, presentaba diversas heridas y estaba apoyado en el tronco del árbol donde, posteriormente, Robert se ahorcó. Cuando los investigadores llegaron a la escena del presunto crimen, encontraron que la mujer presentaba un avanzado estado de descomposición, a lo que ayudó, seguramente, las altas temperaturas registradas los últimos días.
Ella murió unas 24 horas antes que él. Sin embargo, los cuerpos fueron descubiertos por un excursionista a las once y media de la mañana del miércoles, 48 horas después de que fuera asesinada Katahn y 24 después de la muerte de Robert. En el lugar del macabro hallazgo también había ropas ensangrentadas y otros efectos personales, que continúan siendo investigados por la Policía Judicial de la Guardia Civil para descartar por completo la implicación de una tercera persona en el trágico suceso.
Fuentes judiciales señalaron también la aparición de una nota, de la que, por otra parte, no se desprendía el consentimiento de la mujer para acabar como finalmente lo hizo.