MARISA MARTÍNEZ/UH-INCA
Lo que parecía un pequeño incendio en ellogaret de Jornets, en Sencelles, acabó en trágico suceso. Sobre las 11.20 de la mañana de ayer, los vecinos detectaban un fuego en una de las fincas de la localidad. Desde la llamada al 112 hasta la llegada de los bomberos de Inca y la Policía Local de Sencelles apenas transcurrió un cuarto de hora, pero unos minutos antes, uno de los vecinos que intentaba evitar que el fuego siguiera avanzando y que se había acercado hasta una caseta donde parecía estar el foco, encontró por casualidad el cuerpo sin vida de un hombre de unos 80 años que empezaba a ser víctima de las llamas. Este vecino apartó el cuerpo del fuego, bastante más agresivo en este punto a consecuencia de una pila de leña acumulada.
Una manguera abierta y un cubo de agua muy próximo al cadáver parecían indicar que la víctima había intentado sofocar las llamas, y dada su edad y la forma en la que fue encontrado, se baraja la hipótesis de que sufriera un infarto a consecuencia del nerviosismo ante un fuego que empezaba a descontrolarse. Unos minutos después llegaba el 061, y un poco más tarde, agentes de la Policía Judicial. Algunos vecinos se acercaron para intentar identificar a la víctima, indocumentada, pensando que era el dueño de la caseta. Tras numerosas averiguaciones por parte de los efectivos municipales y del propio alcalde de Sencelles, Antoni Ferrer, que enseguida se personó en el lugar, dieron con la identidad del difunto. Se trata de Juan Cantarellas, un pastor de la zona que, como cada mañana, se había desplazado con su moto hasta ellogaret para faenar. Las herramientas que se encontraron en la finca hacen pensar que estaba preparando el campo para su rebaño, y se piensa que entró en el terreno de la caseta para coger agua. Pasadas las 13.00 horas, llegaron la mujer y la hija del difunto a la espera de que les confirmaran la noticia. Para ello se esperó la llegada de una psicóloga. Un familiar cercano se encargó de identificar al cadáver y a las 14.10 horas, los servicios funerarios de Inca se llevaban el cuerpo.