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Dos detenidos en Palma en una operación internacional contra delincuentes rumanos

Hay 297 arrestados en España y Rumanía, acusados de robo, falsificación y narcotráfico

REDACCIÓN/EFE
La policía ha desarticulado una red de delincuencia organizada dedicada a robos con fuerza en domicilios. La denominada «operación Braila» se ha saldado con la detención de 297 personas de nacionalidad rumana, dos de ellas residentes en Palma.

Se trata, según la Dirección General de la Policía, de la mayor operación policial realizada hasta la fecha contra una organización de delincuentes extranjeros desarrollada conjuntamente por dos países europeos.

Los integrantes de estas bandas organizadas se habían especializado en la falsificación de tarjetas de crédito, lo que les permitía llevar a cabo fraudulentamente compras de artículos en diferentes establecimientos de España o la extracción de dinero en efectivo en cajeros automáticos de oficinas bancarias.

A los acusados se les acusa de diversos delitos de robo con fuerza en domicilios, fraude con medios de pago, tráfico de estupefacientes, falsificación de documentos, delitos relativos a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores y asociación ilícita.

Los implicados operaban en las provincias de Valencia, Almería, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Castellón, Palma, Madrid, Santander, Málaga y Toledo.

Según el ministro del Interior, José Antonio Alonso, los detenidos integran «grupos mafiosos, que configuran una red o estructura mafiosa interconectada».

El «cerebro» de la organización Iorgu I., alias «Talanu», dirigía los grupos que operaban en España y contaba con varios lugartenientes que controlaban todas las actividades delictivas.

Alguno de los integrantes y responsables de la organización se encontraban cumpliendo condena en prisiones españolas.

En la «operación Braila» se han efectuado numerosos registros domiciliarios en ambos países, en los que se han intervenido lectores de tarjetas, ordenadores y diverso material informático para la falsificación y clonación de tarjetas de crédito, importantes cantidades de dinero en efectivo, documentos, cámaras de vídeo, una escopeta de cañones recortados, una pistola de gas y cuatro kilos y medio en joyas de oro, entre otros efectos.

Las investigaciones se iniciaron en septiembre de 2005 a raíz de las informaciones facilitadas por la embajada de Rumanía en España sobre un grupo de delincuentes que se dedicaba al robo de camiones.

Así, se descubrió la existencia de una organización criminal, de carácter mafioso, con ramificaciones en el resto de Europa y cuyos principales dirigentes están siendo buscados en distintos países.

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