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Ingresa en prisión el hombre que disparó al portero de un club de alterne de Palma

La víctima explica que hubo un primer incidente con el agresor, aunque éste se marchó «tras pedir perdón»

Cristóbal C., después de visitar al forense, donde se le realizaron diversas pruebas. Foto: E.L.V.

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«Alguien nos explicó que había tenido un pequeño problema con una de las chicas», explicaba ayer José María, el portero de «El Globo Rojo» que el sábado resultó gravemente herido en un brazo tras recibir un disparo de uno de los clientes. El herido, con un aparatoso vendaje en el brazo izquierdo, sin perder la sonrisa y arropado por amigos y familiares, explicaba ayer a este diario que todo comenzó con «un pequeño incidente, muy similar a los que se producen muchas veces». El agresor, que acudió al club de alterne acompañado por cuatro amigos, reconoció los hechos y accedió a salir del local sin ningún problema. «Incluso llegó a pedir perdón», señalaba ayer José María. Sin embargo, al cabo de 10 minutos el agresor volvió al local «muy enfurecido» y exigió que le permitiesen la entrada, por lo que José María y un compañero tuvieron que reducirle y obligarle a salir nuevamente.

«Pensábamos que todo había acabado y que el problema estaba solucionado totalmente», señalaba ayer el herido. Sin embargo, Cristóbal C. fue en su todoterreno hasta su domicilio, ubicado en la barriada palmesana de La Soledat, y cogió una escopeta de caza.

Los porteros del club de alterne afirman que su regreso no fue inmediato, puesto que tras el último incidente y su posterior regreso transcurrieron entre 40 minutos y una hora, de tal modo que parte de los esfuerzos policiales se centran ahora en saber qué es lo que hizo el agresor en ese intervalo. El acusado sostiene que consumió gran cantidad de alcohol y cocaína. La cuestión es que sobre las 05.30 horas, Cristóbal regresó al club de alterne. «Vi que aparcaba el coche fuera del local y que se había cambiado de ropa; luego entró, me di cuenta de que llevaba algo escondido bajo el brazo, le di el alto y a partir de ahí todo pasó en un segundo: me apuntó y, sin mediar palabra, disparó».

El tiro le dio de lleno en el brazo izquierdo, destrozándole el biceps. La bala siguió luego su trayectoria, hiriendo de forma leve a otras tres personas que se encontraban en el local. Tras una intervención de urgencia, José María fue trasladado a una habitación del hospital de Son Dureta.

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