AGENCIAS-OSLO
Noruega se encuentra consternada e incrédula después de que un
grupo de varios hombres encapuchados cometiera un robo sin apenas
dificultad, a plena luz del día, entre la multitud y en apenas
treinta segundos, pero de enorme trascendencia, ya que lo que se
llevaban los ladrones era el cuadro más venerado de la pintura
noruega, «El Grito» (1893), de Edvard Munch (1863-1944).
El Museo Munch confirmó el robo de esta obra y de otra no menos importante del mismo autor, la «Madonna» (1894), pero se negó a dar más información. La policía de Oslo puso en marcha un amplio dispositivo de seguridad para evitar que los cuadros pudieran salir de la ciudad.
Poco después de las once de la mañana, tres hombres encapuchados y vestidos de negro irrumpieron pistola en mano en el museo, en un momento en el que se encontraba lleno de gente. La operación apenas duró treinta segundos, tiempo suficiente para que se desataran el pánico y la confusión entre los visitantes y para que se escuchara un disparo, según aseguraron varios testigos. Poco después, un responsable del museo desmintió que se hubieran producido disparos.
La policía puso en marcha un importante dispositivo para intentar localizar en la ciudad a los ladrones, de los que por el momento se sabe que huyeron en un Audi negro, que iban fuertemente armados y que estaban ataviados como si fueran «asaltantes de bancos», según el mismo responsable del museo. El recinto cuenta con un circuito cerrado de televisión que podría facilitar su captura.