El salón de juegos «Antic Ripoll» está ubicado en la calle Fábrica número 26, esquina con Son Cotoner 13. El domingo por la noche cierra sus puertas sobre las 23.00 horas, circunstancia que conocían de sobra los asaltantes, que también sabían que la recaudación del fin de semana no se entregaría hasta el lunes.
Media hora antes del cierre, aproximadamente, tres individuos que cubrían sus rostros con pasamontañas irrumpieron en el local y amenazaron con una pistola a los pocos clientes que aún quedaban y al encargado. A continuación, poniendo en práctica el plan que habían trazado, bajaron la barrera de acceso por dentro, para impedir la entrada de más personas. Con el arma de fuego conminaron a los presentes a que se tumbaran en el suelo, boca abajo, y uno de ellos colocó una bolsa de deportes sobre la barra, que fueron llenando con las miles de monedas que sustrajeron.
Otro dato que confirma que los delincuentes sabían muy bien lo que hacían es que portaban guantes de jardinería, de gran grosor, y también de látex, a fin de no dejar ninguna huella. Durante unos diez minutos, aproximadamente, fueron reventando una por una las máquinas 'tragaperras', hasta un total de nueve. Utilizaron herramientas pesadas, tipo 'pata de cabra', que luego dejaron abandonadas en el negocio. Durante el espectacular atraco un cliente intentó entrar en el salón, y se encontró con una pistola que le apuntaba.
Acto seguido, los ladrones escaparon corriendo y se perdieron por aquellas calles del barrio de Santa Catalina. Además del botín obtenido, que es millonario, los daños ocasionados en las máquinas son muy elevados, y algunas tendrán que ser remplazadas. El Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía se ha hecho cargo de la investigación. Los hampones, pese a ir encapuchados, tenían entre 35 y 40 años, y por su forma de actuar parece ser que tenían experiencia.