Un conductor imprudente puso ayer en serio peligro a los trabajadores de una gasolinera de la plaza Progreso y a los clientes que estaban repostando, al arrancar uno de los surtidores y provocar un incendio que afortunadamente pudo ser atajado antes de que se propagara.
A las dos de la tarde, aproximadamente, un hombre que no se encontraba en perfectas condiciones se detuvo en la estación de servicio y llenó el depósito de su vehículo. A continuación pagó el importe y se introdujo rápidamente en su turismo, sin desenganchar la manguera. Al arrancar desencajó el surtidor número 3, que empezó a perder combustible y de repente se declaró un incendio. El personal de la gasolinera descargó varios extintores sobre las llamas y la alarma obligó a una rápida intervención de los bomberos, ambulancias y policía. El negocio quedó cerrado momentáneamente al público, mientras se controlaba la situación, y se vivieron momentos de gran nerviosismo, ya que existía el peligro de una explosión de mayor envergadura.
El fuego quedó extinguido un cuarto de hora después de declararse, y pese a todo los daños fueron cuantiosos, ya que el surtidor quedó completamente calcinado y las altas temperaturas afectaron a los paneles próximos. El conductor no pudo ser interceptado.