JAVIER JIMÉNEZ-JOSEP ROSSELLÓ
Una decena de jóvenes de Bunyola, Cas Concos y Binissalem llegó el
pasado sábado, a las nueve de la noche, al santuario de Bonany,
acompañados por un 'chamán' (una especie de guía espiritual).
Iban ataviados con ropas blancas y túnicas, y en un anexo de aquellas instalaciones, cuyas celdas están abiertas al público, celebraron un ritual que se prolongó durante horas. Los adeptos, durante ese tiempo, consumieron por persona cuatro dosis de Ayahuasca, una sustancia que se bebe y que procede de las lianas del Amazonas. Su poder alucinógeno es muy potente y el objetivo del ritual era curar el estrés y la ansiedad y encontrar «el camino verdadero». Uno de los jóvenes participantes sólo ingirió una de las dosis y se marchó precipitadamente, pero su compañera permaneció en Bonany hasta el día siguiente.
A eso de las 16.00 horas del domingo la fémina salió a la carretera y provocó un altercado al parar el tráfico, que era especialmente denso porque se había realizado en las inmediaciones una concentración antiautovía. La chica se encontraba totalmente drogada, tenía alucinaciones y la Guardia Civil fue informada del incidente. También el alcalde de Petra, Joan Font, confirmó ayer a Ultima Hora que «la chica estaba muy mal, hacía cosas raras y se metía con la gente». La joven fue ingresada en el Hospital de Manacor, en concreto en el Àrea de Psiquiatría, y en la actualidad los médicos están tratando de determinar las consecuencias psíquicas de aquella orgía de ayahuasca.
Otros jóvenes que participaron en el ritual también sufrieron los efectos de la droga, y ayer la familia de uno de ellos acudió al cuartel de Vilafranca para interponer una denuncia. El encargado del monasterio, Manuel Martínez, explicó que la hospedería recibe una afluencia muy alta de visitantes durante el fin de semana y que, por ese motivo, no recordaba «a ese grupo de diez personas». Con todo, reconoció que no era la primera vez que se registraba un incidente en las dependencias religiosas.