JAVIER JIMÉNEZ-PEP MATAS
Uno de los ecuatorianos detenido como sospechoso del asesinato de
Maria Antònia Colom intentó suicidarse en un precipicio, próximo al
castell de Sant Carles. Los hechos ocurrieron sobre las ocho de la
tarde del sábado, día dos del presente mes, y no se descarta que se
produjeran horas después de que la mujer hubiera sido asesinada y
abandonada en la cuneta de la carretera de Inca a Llubí. Fuentes
cercanas a la investigación han confirmado a este periódico que una
patrulla de la Guardia Civil comprobó que en el citado lugar había
un hombre sentado al volante de un turismo Seat Córdoba, de color
blanco, que había intentado arrojarse por un precipicio pero lo
evitaron unos arbustos.
Después de auxiliarle se comprobó que el hombre mantenía una discusión con otra persona y que en sus manos llevaba una bolsa. En el interior había una serie de joyas, en principio de dudosa procedencia y que el hombre no justificó de dónde las había conseguido. Debido a ello fue detenido, pero al presentar un cuadro depresivo quedó ingresado en el Hospital de Son Dureta. Tres días después fue presentado ante la autoridad judicial acusado de receptación y quedó en libertad.
Todos estos hechos se relacionan ahora con el asesinato de Maria Antònia Colom, y sobre todo por un dato: Dos de las joyas que fueron intervenidas son dos alianzas, en las que están grabados los nombre de 'Toni' y 'Maria Antònia'. El primer nombre podría corresponder al ex marido de la mujer asesinada, y el segundo al suyo. A partir de ahí se baraja la hipótesis de que la mujer hubiera sido víctima de robo, antes o después de haber sido asesinada. Tampoco se descarta, más bien se baraja como una posibilidad muy sólida, el hecho de que el intento de suicidio del ecuatoriano se llevara a cabo a raíz del crimen.