La Policía Local de Manacor y el Cuerpo Nacional de Policía intervinieron recientemente en una pelea tumultuaria entre españoles y ecuatorianos que tuvo lugar en una calle de Porto Cristo y que se saldó con tres detenidos y ocho jóvenes heridos, algunos de consideración.
De acuerdo con los datos facilitados a este periódico, sobre las 21.00 horas del pasado día 27 la emisora telefónica de la Policía Local de Manacor recibió noticias de una riña multitudinaria en la calle Gambí, donde al parecer los contendientes iban armados con barras de hierro y había algunas personas lesionadas. Los dos Cuerpos policiales se coordinaron dada la gravedad inicial de los hechos y cuando las patrullas llegaron al escenario de la pelea confirmaron que, en efecto, casi una decena de personas estaban enfrascadas en una violenta disputa. Se trataba de dos grupos: uno formado por jóvenes españoles y otros de inmigrantes ecuatorianos.
Los funcionarios trataron de poner paz y separar a los contendientes, al tiempo que comprobaban que ocho de los implicados sangraban o presentaban lesiones, sobre todo dos españoles que apenas podían abrir los ojos por el hinchazón. Los agentes procedieron a identificar a los dos bandos y el problema surgió cuando los extranjeros se negaron a facilitar su filiación y uno de ellos se encaró con un policía nacional, al que intentó agredir. El atacante y dos de sus compatriotas fueron arrestados por los incidentes y luego se comprobó que uno de los ecuatorianos era un experto boxeador y que era quién había golpeado en el rostro a los contendientes nacionales.
En el escenario de la pelea apareció la barra de hierro empleada por alguno de los implicados, y que ha sido remitida a la autoridad judicial en calidad de prueba. Las edades de los tres detenidos oscilan entre los 25 y los 34 años y el motivo de la disputa tumultuaria no ha trascendido, aunque podría estar relacionado con la rivalidad entre grupos de jóvenes y el consumo de bebidas alcohólicas. Hace algunos meses otro ciudadano ecuatoriano fue arrestado en aquella calle de Porto Cristo por propinar, supuestamente, una paliza a su mujer. El hombre había protagonizado otra pelea en la calle y cuando llegó a su casa fue su mujer quien «pagó» su malhumor.