El puesto de la Guardia Civil de Palmanova sigue adoleciendo, como cada año, de infraestructuras elementales para poder atender al numeroso público que se aglomera en sus instalaciones. El cuartel, construido en los años sesenta para albergar una plantilla de diez agentes, cuenta en la actualidad con 50 guardias civiles cuyo número se ve incrementado por otros diez más de refuerzo con motivo de la 'operación verano'. El actual cuartel es un edificio vetusto y se le considera insuficiente por los escasos metros cuadrados de su superficie para albergar dentro del mismo el número de agentes que realizan el servicio en todo el término de Calvià. Muchos de ellos se ven obligados a buscar alojamiento fuera del cuartel, con el elevado coste que esto supone debido a la época estival.
Hace un año, este periódico puso de manifiesto estas deficiencias sin que nadie haya puesto remedio. Por citar dos ejemplos, el cuartel no dispone en la fecha actual de intérpretes con lo cual, las innumerables víctimas de delitos, en su mayoría extranjeros, se las ven y se las desean para poder formular la correspondiente denuncia. Un aviso colocado a la entrada del cuartel advierte a los turistas que deben ser acompañados por un guía o intérprete si quieren formular denuncia. Estos trámites han hecho que la labor administrativa se haya visto dificultada en gran manera, creando con ello una mala imagen de la operatividad policial de cara al extranjero.
Palmanova, considerado puesto principal, es uno de los cuarteles en donde se recibe un considerable número de denuncias. Tres guardias cursan diariamente entre 25 a 30 denuncias de toda clase de delitos. El espacio vital del edificio, que cuenta con unos 80 metros cuadrados, es insuficiente para poder desarrollar los agentes una labor digna. Todo el mobiliario es de segunda mano. Los calabozos sólo pueden acoger a cuatro detenidos y los coches oficiales no han sido reemplazados.