Los vecinos de Calvià pudieron pensar ayer que se estaba rodando una película de acción a tenor de la espectacular persecución de un coche sospechoso que tuvo lugar entre Palmanova y Andratx y que duró 45 minutos.
La realidad, en cambio, es que se trataba de un contundente dispositivo montado por la Guardia Civil, la Policía Local de Calvià y la Policía Local de Andratx para interceptar a un Nissan Primera cuyo conductor se había saltado un control policial en el que estuvo a punto de atropellar a varios agentes de la Benemérita. El incidente ocurrió poco antes del mediodía y coincidió con una presencia policial masiva en Calvià y Andratx debido al crimen de sa Mola, en donde los funcionarios investigan sin descanso desde hace una semana.
El único ocupante del coche hizo caso omiso a las indicaciones de los agentes para que parara y comenzó a apretar peligrosamente el acelerador. Tras sucesivas situaciones de cierto riesgo, el turismo, que tenía una llanta rota, se salió de la calzada a dos kilómetros de Andratx, en la carretera de Capdellà, y el conductor entró en un paraje de montaña. Allí dejó abandonado el vehículo y comenzó a correr campo a través. Varios funcionarios salieron en su persecución, pero el sospechoso se camufló entre la maleza y se le perdió la pista. En el interior del Nissan la Guardia Civil encontró pasaportes falsificados, cartones de tabaco comprados con una tarjeta de crédito robada y otros efectos de dudosa procedencia, lo que hace suponer que el conductor "un súbdito británico" se asustó en el control y decidió «jugársela».
El acusado se alojaba en un hotel de Calvià con otros delincuentes ingleses y uno de ellos llamó al teléfono móvil del perseguido cuando el aparato estaba en poder de la Guardia Civil. Tras pensar que su compañero había «caído», los extranjeros dejaron precipitadamente el hotel.