Sebastián Carbonell, de 64 años de edad, falleció la madrugada del pasado viernes de una enfermedad que le fue detectada el pasado mes de enero. El hombre estaba ingresado desde hacía días en el Hospital General, donde fue trasladado desde el centro penitenciario de Palma. Sebastián Carbonell fue condenado, el 23 de mayo de 1996, a 20 años y un día de reclusión mayor por el delito de parricidio. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial consideró probado que el hombre, que tenía 60 años cuando ocurrieron los hechos, el once de octubre de 1995, mató a su hijo en la caseta de campo donde ambos residían, en el término municipal de Sencelles.
El fallecido, Bernardo, tenía 36 años y era adicto al consumo de sustancias estupefacientes. Este día padre e hijo viajaron a Palma, donde Bernardo se inyectó una dosis de heroína. De regreso a la caseta de campo, Bernardo se tomó 20 pastillas de codeína y durante el almuerzo padre e hijo se bebieron una botella de vino. Después el hijo se quedó dormido y Sebastián Carbonell, sobre las ocho de la tarde, cogió un cuchillo y le asestó cuatro puñaladas.
Horas después fue detenido por la Guardia Civil, después de que informara de que su hijo hubiera muerto por una sobredosis y se descubriera la verdad.