Trabajaba como animadora en un hotel de Can Picafort y los martes tenía libre, día que aprovechaba para hacer excursiones. El 9 de octubre de 2007, Jacqueline Tennant, británica de origen jamaicano de 45 años, desayunó en su hotel y después salió de excursión. Fue la última vez que sus amigos y compañeros la vieron.
Cuando se denunció su desaparición, los investigadores encontraron una agenda en la que Jacqueline apuntaba los lugares de la Isla que quería visitar, por lo que la búsqueda se centró en aquellos que no estaban tachados. Antes de desaparecer, la británica habló con su jefe y le dijo que estaba llegando a lo alto de una montaña y que había unas vistas maravillosas. Desde entonces nada se sabe de ella. La Policia Judicial de la Guardia Civil esperó durante meses que una empresa de telefonía móvil colaborara en la investigación y revelase desde qué repetidor se había efectuado la última llamada recibida por Jacqueline. Finalmente se concretó que se encontraba por los alrededores de La Victòria.
Guardia Civil, Protección Civil, Policía Local, familiares y voluntarios llevaron a cabo durante días diversas búsquedas. La hermana de Jacqueline, que reside en Londres, y otros familiares de Estados Unidos también se desplazaron hasta Mallorca para colaborar en las búsquedas.
De hecho llegaron a contratar a personal de empresas extranjeras que se dedican a búsquedas de personas desaparecidas. En todos los casos el resultado fue negativo. La última pista que se siguió es la que dio un matrimonio británico que, tras haber visto un reportaje televisivo en la BBC sobre la desaparición de Jacqueline, contactó con la hermana de Jacqueline y le explicó que el día 9 fueron de excursión a la zona de La Victòria y vieron a una mujer cuyas características físicas coinciden con las de Jacqueline. A partir de este dato se organizó una nueva jornada de búsqueda en esa zona, que ya había sido rastreada en los días sucesivos a la desaparición de la animadora, pero el resultado también fue negativo.