Máximo nivel de interés y atención del público que llenó ayer el salón de actos del CaixaForum para escuchar la conferencia El futuro de la navegación lunar. Hacia un nuevo paradigma, a cargo de Javier Ventura-Traveset, responsable de Navegación Lunar y Ciencia en el Directorado de Navegación de la Agencia Espacial Europea (ESA), un acto organizado por el Club Ultima Hora-Valores junto con el Colegio Oficial de Ingenieros Aeroespaciales de España (COIAE) y la propia ESA.
La presidenta del Grup Serra, Carmen Serra, dio la bienvenida a los asistentes y les invitó a «imaginar un futuro en el que la Luna no sea sólo un punto brillante en la noche de Baleares, sino un destino, un espacio de trabajo o un lugar de partida hacia nuevas exploraciones hacia Marte».

A continuación tomó la palabra Tomás Melgar, presidente del COIAE en Balears, quien destacó la importancia de «la Luna como sueño que ha acompañado a la Humanidad en creaciones artísticas, pero que también ha regulado la agricultura, la pesca o el tiempo. Ahora estamos a las puertas de una nueva era lunar».
El encargado de presentar al conferenciante fue su compañero y amigo Joan Rosselló, ingeniero aeronáutico, quien destacó «la trayectoria extraordinaria y prolífica de Ventura-Traveset, también con una muy dilatada experiencia en gestión de investigaciones científicas y más de 200 publicaciones sobre ingeniería espacial».
Como la actualidad manda, antes de iniciar su intervención, Ventura-Traveset no tuvo más remedio, por la coincidencia horaria, que ser el responsable de comunicar a los presentes el nombre del nuevo papa: León XIV.
Ventura-Traveset tuvo claro cómo iniciar su conferencia: «El ser humano va a estar de nuevo, por primera vez desde 1972, en la Luna, previsiblemente en 2027, para luego continuar con un asentamiento permanente. El primer motivo es el interés científico, pues la Luna nos puede informar sobre el sistema solar hasta 4.500 millones de años atrás. Existe además la posibilidad de instalar telescopios en la parte oculta, el mejor lugar del sistema solar para ello. El propio conocimiento de la Luna en sí ya es otro motivo suficiente, pero además nos ofrece el entorno ideal para explorar asteroides y preparar misiones tripuladas a Marte. Así, en la próxima década será un banco de pruebas. La exploración lunar abre las puertas al desarrollo de nuevas tecnologías y a la exploración de sus recursos. Y no podemos olvidar la importancia geopolítica y geoestratégica, ni la inspiración para las vocaciones científicas, como me ocurrió a mí mismo con las misiones Apolo».
De este modo, Ventura-Traveset calcula que en los próximos diez años pueden ponerse en marcha unas 450 misiones a la Luna por un importe de 150.000 millones de dólares. Países como India y Japón ya han posado módulos en nuestro satélite y China ha sido el primero en recoger muestras de la cara oculta y traerlas a la Tierra. El responsable de la ESA recordó las numerosas misiones comerciales privadas en los últimos años y la colaboración de la ESA en el programa de exploración Artemis, «que prevé que en 2027 seres humanos pisen el polo sur lunar, así como el funcionamiento del primer vehículo Argonaut, en este caso en 2031 y también en el polo sur, con capacidad para cargar 1,5 toneladas y estar operativo durante cinco años. Los vehículos logísticos lunares Argonaut, transportando cargas entre la Tierra y la Luna, contribuirán al establecimiento de una presencia sostenida en la superficie lunar».
Javier Ventura-Traveset también se refirió al programa Moonlight, «que representa un auténtico cambio de paradigma en la exploración lunar. En lugar de que cada misión deba desarrollar y operar sus propios sistemas especializados y depender intensamente de recursos terrestres, con Moonlight se podrá acceder a servicios de comunicación de banda ancha, transmisión de vídeo, streaming y servicios de navegación similares a los que hoy proporcionan sistemas como GPS o Galileo en la Tierra, pero directamente desde la órbita lunar.
Mooonlight consistirá en una constelación de cinco satélites en órbita lunar, uno dedicado a comunicaciones y cuatro dedicados a ofrecer servicios de navegación por satélite. Nuestro objetivo es ofrecer un servicio inicial en 2028 y tener la constelación completa funcionando a partir de 2030, centrada en el polo sur lunar. Con Monnlight alcanzaremos precisiones inferiores a los 50 metros en los aterrizajes –la palabra es correcta, referida a la superficie lunar– y se acabarán las imágenes temblorosas en blanco y negro que todos tenemos en nuestra retina. Si analizamos los últimos 10 años de exploración lunar, aproximadamente el 50 % de los alunizajes han fallado debido a problemas en los sistemas de navegación. El sistema Moonlight va a representar una mejora significativa en la seguridad, la eficiencia y la precisión de los alunizajes, proporcionando un sistema mucho más fiable, con una complejidad a bordo mucho menor».
Una fase posterior es la instalación de la estación de navegación lunar en superficie NovaMoon. El doctor ingeniero en Telecomunicaciones señaló que «actualmente, no disponemos de estaciones en la superficie lunar que permitan monitorizar el sistema de navegación de forma continua. NovaMoon cambiará este escenario».
¿Por qué el polo sur lunar tiene tanto interés en la exploración de nuestro satélite? El conferenciante indicó que «el polo sur es una región de alto interés para la exploración, en primer lugar por la presencia de agua en forma de hielo en cráteres que están permanentemente en sombra. El agua helada es un recurso vital para la sostenibilidad humana en la Luna, para beber, producir oxígeno y generar combustible para cohetes que puedan despegar desde allí. Además, en el polo sur lunar existen también zonas elevadas en algunos cráteres que reciben luz solar casi de manera continua, los denominados picos de luz eterna, una característica extraordinariamente interesante para la viabilidad de las futuras bases lunares, permitiendo la generación de energía solar».
Finalmente, la mirada a Marte desde la Luna es el siguiente reto. Ventura-Traveset detalló que «la ESA ya ha comenzado a dar los primeros pasos hacia una posible infraestructura de comunicación y navegación dedicada a Marte, el sistema Marconi, con el que muchas de las tecnologías y estándares internacionales que se están desarrollando con Moonlight podrían ser reutilizados. El primero de estos satélites de navegación en Marte podría estar en su órbita a principios de la próxima década».