Lleno, con las limitaciones de aforo, en el salón de actos del Centre de Cultura Sa Nostra para escuchar al ecólogo y doctor en Ciencias Biológicas Miguel Delibes de Castro en su conferencia La Tierra herida, con el mismo título del libro que escribió junto a su padre, el reconocido escritor Miguel Delibes.
El acto fue organizado por el Club Ultima Hora Valores y el Cercle d’Economia de Mallorca (la conferencia completa se puede ver aquí).
Delibes de Castro inició su intervención recordando la vinculación de su padre con Mallorca, que visitó con frecuencia. «Se casó en 1946 y vino de viaje de novios a la Isla. Un hermano suyo estaba casado con una mallorquina y vivió aquí muchos años. Hay imágenes de su asistencia al Coloquio de Escritores de Formentor con Cela y Espinàs, y nos trajo aquí en viajes familiares».
Además del cariño por Mallorca, Delibes transmitió a sus hijos el amor y el respeto por la naturaleza, «y lo hizo a través de la caza y la pesca, aunque ahora esté mal visto, pero el resultado es que cuatro de los siete hermanos somos biólogos. Cazando y pescando, mi padre se dio cuenta del progresivo deterioro de la naturaleza, donde también encontró palabras y personajes para sus novelas. Se percató de que había menos aves y menos truchas y cangrejos en los ríos, y que éstos llevaban menos agua y estaban más contaminados».
Discurso de ingreso
Hasta tal punto llegó la preocupación de Delibes por la naturaleza que la conservación de la misma fue el eje central de su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua Española, en 1975. Delibes de Castro destaca que «por entonces no había una visión global del problema, pero afirmó que todo cuanto sea conservar el medio ambiente es progresar y lo contrario es retroceder. Y lo dijo hace casi 50 años, cuando el concepto de progreso en esa época era construir y construir. Recuerdo que para ese discurso tuvo que estudiar datos y documentos, cuando él era un creador. Me consultó para ello y me llamaba el director de su tesina».
Treinta años después nació La Tierra herida. «Mi padre me propuso escribir el libro, cuando ya estaba enfermo, y para ambos fue una alegría, una satisfacción y un desafío. No fue fácil. Empezamos a hablar sobre los problemas del planeta en el verano de 2004. Discutíamos y estuvimos a punto de romper la baraja. Mi padre ya estaba muy preocupado por el frío y el calor, es decir, por el calentamiento global, y mantenía su casa a una temperatura estable de 21 grados. Yo estaba más preocupado por la biodiversidad. Ahora, releer el libro me conmueve, por el recuerdo de mi padre y por comprobar que casi todo ha ido a peor. Tal vez sólo hemos avanzado en conciencia social».
Desregulación
Pasando al contenido más científico de la conferencia, el ecólogo resaltó que «en este 2021 hay concentraciones de 471 partes por millón de dióxido de carbono –CO2–, un 50 % más que en 1800. La Tierra se ha desregulado, tiene fiebre y está enferma. No ha habido humanos que hayan vivido con tanto dióxido de carbono como nosotros. Una mujer científica, Eunice Foote, ya advirtió hace más de 150 años que quemar carbón libera CO2 a la atmósfera y que con ello aumentaría la temperatura global».
En esta línea, Delibes de Castro señaló que «el calentamiento global no es bueno ni malo para la Tierra. Nuestro planeta ha pasado por épocas con más temperatura y con más CO2, incluso sin oxígeno, pero el calentamiento global es muy malo para nosotros los humanos. El calentamiento es un aspecto del cambio global. Por efectos de la especie humana, se producen transformaciones en el suelo, en los ciclos biogeoquímicos y en la biodiversidad. Todo ello nos lleva a consecuencias negativas en forma de cambio climático, subida del nivel del mar, contaminación, extinción de especies y pérdida de ecosistemas».
Para Delibes de Castro, el concepto de consumo también debe ser revisado: «Consumimos 50 veces más que el hombre del Neolítico y contaminamos cientos o miles de veces más, pero claro, eso es individualmente. Si tenemos en cuenta que la población humana en el año 0 era de 190 millones de habitantes y ahora nos acercamos a los 8.000 millones, podemos hacernos una idea de nuestros efectos, con una ocupación masiva del territorio, una tierra y un mar hiperfertilizados con abonos industriales y un consumo altísimo de combustibles fósiles. El resultado es una fijación de nitrógeno en el suelo que es más del doble de la que habría por procesos naturales».
La situación es tan grave que, si nos fijamos únicamente en la biodiversidad, Delibes de Castro afirma que «nos encontramos en la sexta gran extinción de especies. En los últimos 600 millones de años ha habido cinco grandes extinciones de especies. La última, hace unos 60 millones de años, fue la conocida de los dinosaurios. En cada extinción se perdía el 75 % de las especies. La tasa actual de extinción ya es tan alta como las anteriores y podríamos llegar a ese 75 % de desaparición en un período que oscilaría entre 890 y 2.270 años».
Delibes de Castro fue rotundo al asegurar que «el camino del éxito como especie ya no nos sirve. Estamos destruyendo la Tierra. Tal como dicen los jóvenes, no hay planeta B. Es imprescindible vivir de otra manera. Hemos llegado a un límite. Estamos poniendo en peligro nuestra manera de vivir».
Rafel Nadal
Para poner un ejemplo, Delibes de Castro se refirió al tenista Rafel Nadal: «Él mismo escucha a su cuerpo y decide que debe parar. Y no es una decisión fácil, al igual que la de un alpinista que está a punto de llegar a la cima de una montaña y decide no coronarla porque sabe que debe reservar energías para el descenso».
Llegados aquí, la referencia a la pandemia fue inevitable: «Con la pandemia también tuvimos que parar, pese a que esa decisión perjudicaba a la economía y nos afectaba emocional y personalmente, pero las consecuencias podían ser peores. Debemos apostar por una economía de menor crecimiento y no es necesario consumir más para volver a la normalidad. Hay que conservar la integridad del planeta A. La Tierra pierde su capacidad de autorregulación y de mantener ecosistemas complejos, que son los que nos permiten estar aquí».
El apunte
Deudero: «Hay una crisis climática, pero también es ambiental»
La presentación de Delibes de Castro corrió a cargo de Salud Deudero, doctora en Biología, especializada en Ecología Marina: «Es un honor contar con la presencia de una persona que ha alzado la voz por la conservación y que se ha esforzado en la divulgación al acercar la sociedad a los problemas ambientales, como el cambio climático o la depredación del territorio. Tenemos una crisis climática, pero también ambiental ante un consumo excesivo de los recursos naturales. Hay que cambiar el modelo de crecimiento».