Durante la posguerra, una pareja llamó la atención en las calles de Montuïri. La hija del alcalde republicano asesinado se acababa de casar con un falangista. Aquello era un caso totalmente excepcional. Víctimas y verdugos se habían unido en un enlace imposible. Entonces, este tema, como todos los crímenes de la Guerra Civil, eran un tabú en la esfera pública. Solo algunos se atrevían a susurrarlo en privado. Curiosamente, de aquel matrimonio nacería uno de los azotes izquierdistas de la democracia: Pere Sampol Mas, fundador del partido nacionalista PSM y vicepresidente del primer gobierno progresista de Baleares. «Mi padre era de derechas y mi madre de izquierdas.
Fue un matrimonio un poco especial en aquel momento. Imagínate, la hija de un alcalde izquierdista con uno de derechas…», explicaría a la web Arrels Democràtiques.
La historia de esta familia está condicionada por lo ocurrido la noche del 3 de septiembre de 1936. Ese día, según los historiadores Guillem Mas y Antoni Mateu, varios «falangistas locales» encontraron al alcalde Joan Mas Verd en su casa escondido y lo asesinaron. Nadie sabe los nombres de los verdugos directos. O, al menos, nunca han trascendido.
Joan Mas tenía 36 años y pertenecía a Esquerra Republicana Balear. Su relación con la iglesia siempre fue tirante. Le prohibió recoger limosna y retiró las ayudas a Sant Bartomeu. Los sacerdotes respondieron con críticas desde el púlpito. Un día, después de un mitin republicano, un grupo amenazó con incendiar la iglesia.
Mientras, unos jóvenes llamados Joan y Pere Sampol Cerdà fundaron en 1936 una sección de Falange y organizaron una acción que quedó para la historia: romper la placa de la plaza de la República (hoy Plaça Major) y pintar en su lugar ‘plaza de España’. El gobernador civil acusó al rector de la iglesia, Gregori Barceló, de connivencia con los autores y ordenó su prisión. La escena de la Guardia Civil llevando detenido al sacerdote, mientras un izquierdista le daba una patada, provocó una manifestación de protesta con gritos fascistas.
Montuïri, con solo 3.000 habitantes, estaba dividido: «Los de un partido político embestían contra los del otro, se apedreaban», contaría Pere Sampol Cerdà. Los falangistas estaban ya acumulando armas para el inminente golpe.
El 23 de julio de 1936 jóvenes armados ocuparon el Ayuntamiento y la Societat Republicana y quemaron sus banderas, cuadros y libros. A continuación, cambiaron el nombre de la plaza de la República por plaza de España.
Como explican Guillem Mas y Antoni Mateu, la guerra se cebó con Montuïri. La represión se llevó en total a 16 izquierdistas. Después, otros 8 vecinos del pueblo caerían en los frentes nacionales de guerra de la Península.
Pere Sampol Mas declararía en Arrels Democràtiques que «el pueblo había vivido un trauma terrible» y que «hablar de política era un tabú». Siempre tuvo buenas palabras hacia su padre. Afirmaba que, «a pesar de ser falangista, era muy abierto» y que evolucionó hacia la izquierda. Pere Sampol llegó a conseller y senador. Le faltó ser alcalde de su pueblo. Escribió libros con títulos como Espanya no té remei y El fracàs d’Espanya. Murió el pasado 25 de abril con 73 años tras una enfermedad.
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