Cort y la propiedad

| Palma |

En los años noventa el Ayuntamiento de Palma emprendió una acción interesante: vender patrimonio propio y reubicar algunas oficinas y servicios en locales de alquiler. La operación era impecable, se generaban ingresos que permitían reducir deuda y se reubicaban servicios. Nadie sabía que esa liquidación de patrimonio sería, a la larga, un error.

Cort ahora tiene que hacer frente a la subida brutal de alquileres en la ciudad, el último caso es el de la biblioteca de Son Forteza. Haría bien el Consistorio, visto lo visto, en promover más vivienda pública y en apostar firmemente por la regulación de los alquileres, y hacer un buen plan de inversiones estables en locales, especialmente para equipamientos de máxima necesidad como las bibliotecas. Ser dueño de los espacios, crear vivienda, regularizar alquileres y garantizar el acceso a la cultura de la ciudadanía tienen que ser las prioridadades.

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