Ir de tapas

| Palma |

Cuando yo era un poco más joven que ahora, los palmesanos no solíamos ir de tapas, pero ahora parecería que no hacemos casi otra cosa de lunes a domingo. Lo que sí resulta innegable es que, de un tiempo a esta parte, nos hemos aficionado al pinchito de tortilla o al montadito de atún con la misma facilidad y devoción con que antes nos comíamos un variadet gigante o un llonguet de sobrasada en el bar de la esquina. Recordarlo este jueves quizás tenga, además, un valor simbólico añadido, pues hoy se celebra el Día Mundial de la Tapa. Esta jornada tan especial puede servir también, entre otras cosas, para corroborar que las alegrías o las penas se comparten casi siempre mucho mejor no solo con los amigos, sino también con unas cañitas y unas tapas. Pero para poder disfrutar de verdad de esos momentos de ocio, seguramente sea conveniente adoptar antes un par de precauciones. La primera sería intentar no quedar con nuestros amigos más gorrones o sablistas, aunque también es cierto que normalmente suelen apuntarse ellos solos. Y la segunda precaución esencial sería procurar no hablar de política ni de fútbol, para evitar que la cosa pueda acabar calentándose mucho, sobre todo ahora en verano. En cambio, lo que sí puede ayudar a que haya un ambiente distendido es contar los mismos cuatro chistes escatológicos de siempre, criticar a los compañeros del trabajo que no han venido o evitar cualquier posible referencia a nuestra vida amorosa o sentimental, sobre todo si esta última es, como ocurre en mi caso, mucho más imaginaria y fantasiosa que cierta y real.

Sin comentarios

No hay ningún comentario por el momento.

Lo más visto