El cambio climático beneficia al turismo. Al menos el domingo pasado, puesto que fueron «solo» entre 8.000 y 20.000 manifestantes según la policía, 30.000 según la organización, los que quisieron exponerse al riesgo de insolación con 38º para reivindicar su derecho a una vida digna y protestar contra la masificación turística en lugar de ir a la playa o estar delante del aire acondicionado. La asistencia se ha leído como un fracaso y una bajada de suflé en comparación con la de un año atrás y los partidarios del statu quo respiran aliviados. Pero me temo que esto no acaba aquí. Ya lo avisaron los organizadores: «Continuaremos haciendo acciones y movilizaciones en todos los espacios clave de este modelo depredador: actos públicos, eventos políticos y símbolos turísticos», «estamos dispuestas a romper con la normalidad turística», afirmaron.
Me fijo en algunas de las reivindicaciones del manifiesto: «No a la turisficación, sí a vivir dignamente en nuestra casa». «El modelo turístico nos empobrece y nos conduce al colapso». «Cambiar de modelo es necesario para romper con todas las dinámicas que nos explotan y nos oprimen. ◄«El modelo turístico nos precariza laboralmente, folkloriza nuestra cultura y minoriza la lengua catalana, destruye el territorio, consume recursos naturales por encima de los límites biofísicos y es connivente con el imperialismo occidental y sionista». Dudo que la mayoría social apoye estas proclamas. Los turistas no son los culpables de todos los males de Mallorca y considero irrespetuoso molestarles, pero hay consenso prácticamente unánime en afirmar que la isla ha llegado al límite, toda vez que a los impactos negativos sobre los recursos naturales se suma la relación directa en Mallorca entre más turismo y menos calidad de vida, tanto percibida como real.
El problema actual más grave de Balears no es de sobreturismo, es de sobrepoblación. Y no es que el primero no lo sea. Crece la demanda turística, por lo que falta personal, además en Mallorca se vive muy bien… así que faltan casas. Se contruye más vivienda y para hacerla se necesitan trabajadores… y sigue el bucle infinito mientras no venga otro shock. La sobrepoblación es más grave en tanto que es peor no poder pagar el alquiler que las molestias de los turistas. La gran desgracia de Mallorca es que todo va tan bien que mucha gente inmigra para buscar trabajo aquí, y que es tan bonita que los visitantes no se conforman en ser turistas, quieren ser residentes. En cualquier caso, la relación entre turismo y vivienda es incuestionable.
Es necesario atacar los dos problemas a la vez, el sobreturismo y la sobrepoblación, porque se retroalientan. Si no se actúa con valentía, la solución será la de mercado: Mallorca empieza a ser solo de los que la pueda pagar.