Cada día son menos las personas que no saben, no conocen o no han usado en alguna ocasión el ChatGPT, aunque sea por mera curiosidad. Ciertamente, han aparecido otras herramientas de IA, pero le pasa como al yogur y el danone: se asocia lo segundo con el primero (al menos en los de mi generación).
Vaya por delante que no soy un enamorado de la IA y que creo que se le tiene que dar el valor y la importancia que merece. Al menos, de momento. Es una poderosa herramienta que nos puede ayudar en algún momento para ampliar conocimientos dispersos en lo que se denomina la metainformación. Una maraña de complicados algoritmos hace posible que ChatGPT nos asombre con sus resultados, conviene no olvidar nunca que la IA no se 'inventa' nada que no exista previamente, sino que ordena todo el conocimiento de forma lógica y ordenada. En otras palabras, detrás de la IA (inteligencia artificial) está la IH (inteligencia humana).
Así pues, se me ocurrió la idea de preguntarle a ChatGPT sobre un tema que me ronda la cabeza desde hace más de una década: ¿qué debe 'pensar' la IA sobre la fiabilidad de los testigos, por ejemplo, en casos de (supuesta) corrupción policial? Pues bien, su contestación fue que para que un testigo sea considerado fiable, debe cumplir con varias condiciones que refuercen su credibilidad, veracidad y relevancia del testimonio.
De entre dichas condiciones, relato el punto 1:
• Ausencia de antecedentes penales relevantes, especialmente falsedad o corrupción
• Estabilidad emocional (ausencia de problemas mentales graves que afecten su percepción de la realidad)
• Coherencia en su relato (sin contradicciones internas o externas)
• Imparcialidad aparente: no debe tener intereses personales, económicos o de venganza que puedan sesgar su testimonio
También dice el punto 3:
• El relato del testigo debe coincidir con otras evidencias (documentos, grabaciones, mensajes, declaraciones de otros testigos, etc)
• La existencia de corroboración externa aumenta notablemente su fiabilidad
Lo cierto es que no descubrí nada nuevo. Nada que no supiera personalmente. Nada que no supieran ya casi todos los jueces, casi todos los fiscales y casi todos los policías investigadores. También casi todos los profesionales de los medios de información. Claro, la IA no existía una década atrás. Pero sí existía la IH (inteligencia humana), cuyos únicos algoritmos que la sustentan son los conocimientos obtenidos con su experiencia, la lógica y la excelencia y honradez profesional.
Por lo tanto, si en algún caso de investigación por (supuesta) corrupción policial, basado principal o exclusivamente en testigos, no se tiene en cuenta lo que me ha contado ChatGPT o, por el contrario, lo que impone la IH, nos encontraríamos ante hechos espeluznantes, escalofriantes. ¿Conocen algún caso así? Yo sí. «Es imposible que algo llegue a ser de lo que de ninguna manera es» (Empédocles de Agrigento).
Grande!