Llevamos ya muchos años quejándonos de esa oscura selva de mentiras, estafas y falsedades en la que a diario tenemos que abrirnos paso a machetazos, sin ver ni torta, pero me temo que muy pronto y acaso paralelamente, tendremos que quejarnos igualmente del brillo asqueroso de las verdades que se nos vienen encima, y de un modo muy explícito. Porque la realidad se ha vuelto muy explícita, es decir, pornográfica, y si los multimillonarios tecnológicos son porno duro y la ultraderecha libertaria no tiene pelos en la lengua (la tienen rasurada), y se exhibe explícitamente tal como es, figúrense cuando empiece esa Era dorada que promete el presidente electo democráticamente de EEUU. Que no sólo es de verdad y no engaña a nadie, sino la gran verdad de nuestro tiempo. Hay pocas cosas más pornográficas, explícitas y exhibicionistas que una imagen de Trump perorando, pero aunque a los docentes y sociólogos les preocupa mucho la pornografía en internet por su efecto adictivo sobre los jovencitos, no parece que nadie se haya fijado en la deriva porno de la propia realidad, cada día más obscena (la obscenidad del dinero y los negocios), ni de cómo los grandes conceptos de libertad y verdad se han vuelto pornográficos en el capitalismo avanzado. Política explícita, que además arrasa. Antes ciertas cosas se disimulaban, se hacían en secreto, a hurtadillas. Ya no hay secretos, ni disimulo. Apañados estamos si las verdades del presente son pornográficas. Peor aún, cuando no lo son parecen mentira, falta de sinceridad. Por eso los políticos muy ultras de derechas (y algunos de izquierda), aseguran no hacer política, estar fuera del sistema, que es donde brilla la verdad. Así que mientras nos quejamos de las mentiras y falsedades, ni reparamos en la espeluznante calaña de las verdades que hay que aguantar. Precisamente por lo muy explícitas que son. Como las guerras de Israel, ese pornográfico exterminio. La verdad ante todo, sin tapujos. En fin, malos tiempos, de oscuridad informativa y jefes demasiado explícitos. No sé qué será peor, porque lo peor son ambas cosas simultáneamente. Y perdonen por no ser más explícito. Lo explícito me da bastante aprensión. Es pornografía.
Verdades explícitas
Enrique Lázaro | Palma |