El emperador descalzo

Esta cinta satírica (2019) con guion y dirección de Brosens y Woodworth trata del colapso de la UE. La democracia representativa liberal, surgida tras la Segunda Guerra Mundial, se hunde. Ha perdido en menos de 20 años la legitimidad que le otorgó la ciudadanía como la gran fuerza política de Europa. El voto de extrema derecha, antieuropea, populista y excluyente, ha pasado del 6 % a principios de siglo a más del 20 %. Las actuales élites se ven negligentes y corruptas, promotoras de un globalismo posmoderno sólo en beneficio propio, con apoyo de una prensa servil, perspectivas de género no compartidas y exageradas políticas verdes. La UE anula la soberanía propia y fomenta una inmigración irregular que detrae recursos a los nacionales. Se exige mano dura, pero sólo a la llegada de musulmanes negros por vía marítima, que representan menos del 6 % del total de irregulares (670.000 en España, según Funcas). Son las ideas de los impulsores del Brexit y del programa de Trump. Se critica el impacto sobre los ciudadanos -obligados a aceptar una austera política monetaria y una inflación hasta en los productos más básicos- de la burbuja inmobiliaria y de los rescates a bancos y financieras. La receta es menos UE, un nacionalismo patriótico soberanista, dura acción judicial, y retorno a los postulados de género y morales de la familia tradicional. Según el instituto alemán Ifo, la idea cala más en clases económicamente más deprimidas. La guerra de Ucrania se ve lejana, costosa y que reduce la independencia nacional. El brote de indignación popular en Paiporta es sólo un ejemplo del hartazgo con el que se percibe la acción de gobierno. El ineficaz parlamento debe ser sustituido por consultas ciudadanas en red, sorteando el dominio de los medios por parte de las élites. Ignorar estos puntos de vista y simplemente hablar de crear un cordón sanitario es como poner toallas en la puerta de una casa para que no entre el agua de una DANA.