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La aguafiestas

| Palma |

Si alguien te dice que ha visto algo en primera persona, debes desconfiar un poco. Las cosas no se pueden ver ni experimentar en primera persona. Esta expresión que está tan de moda es del todo incorrecta. Se puede ver algo en persona, pero no en primera persona. Podría parecer que, al querer referirnos a algo que alguien hace o vive por sí mismo o estando presente, fuera adecuado utilizar este numeral, que refuerza la afirmación, pero es una incorrección. Por ejemplo, uno puede decir «he conocido a Taylor Swift en persona» pero nunca «he conocido a Taylor Swift en primera persona». O «el director le dio la noticia en persona», pero nunca «el director le dio la noticia en primera persona». Parece que la mal usada redundancia da más importancia o verosimilitud a lo afirmado. Pero no es así. A lo mejor nos quedamos más satisfechos; no lo sé. Lo malo de estas expresiones es que, sin saber cómo, se vuelven normales y, a causa de su uso tan mayoritario, empiezan a parecernos más que adecuadas. Hacer algo en primera persona es la leche. Hasta que un día, de pronto, se nos atraviesa alguien como yo -la aguafiestas de turno- para hacernos saber que hablamos mal. Existen tantas expresiones incorrectas que cada día se utilizan más y más que, la verdad, da pereza intentar luchar contra ellas. Tenemos el manido ‘en base a’, que probablemente ocupa uno de los lugares más altos del podio y que ha sustituido al ‘según’ o al ‘a partir de’. Mucha base, diría yo. ¿Y qué me dicen del ‘a pie de’? Este es un tormento. He llegado a ver escrito «a pie de arena» y «a pie de campo», por citar algunos ejemplos. No se puede estar a pie de nada que no sea una obra (y mejor con casco). Pero ya nadie lo recuerda. En fin, ya me callo. Por cansancio, más bien. Lo digo en primera persona y a pie de artículo…

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