El manifiesto de la asociación empresarial turística más importante de España, Exceltur, que tiene como máximo dirigente al CEO de la cadena Meliá, Gabriel Escarrer, adelanta lo que será un casi seguro fracaso en lo que se entiende como cambio en el modelo turístico. Las manifestaciones en contra de la masificación turística que han tenido lugar en Canarias, Málaga o Palma son la luz de alarma frente a un proceso que se debe reconducir con urgencia; el amplio respaldo social que han tenido las diferentes convocatorias no admite otra interpretación.
Tomar la iniciativa, como ha hecho el Govern en las Islas, es un acierto de la presidenta Marga Prohens, incluso parecía que los empresarios del sector, entre ellos el propio Escarrer, parecía que estaban dispuestos a tomarse en serio el cambio de rumbo. Error. A la vista del contenido del largo comunicado de Exceltur se confirma el inmovilismo del sector, al menos de las empresas más potentes y emblemáticas. Pensar que la culpa de la masificación tiene como principal problema la oferta ilegal de alquiler turístico es un error, entre otras razones porque si existe es debido a una demanda creciente que rebasa la oferta de alojamiento tradicional. El seat only llegó para no irse.
las propuestas de Exceltur son meros recados a la madre superiora, algunas tan cínicas como sugerir el control del turismo de borrachera o de viaje de estudios. ¿Acaso no se alojan en hoteles? La receta contra la gentrificación es la prohibición de nuevos hoteles urbanos en el centro de las ciudades. ¿Eliminar competencia? ¿Financiarán los hoteleros la rehabilitación de edificios en las ciudades para convertirlos en pisos de alquiler social? Demasiado cinismo para obviar el problema de fondo, que no es otro que la regulación a la baja del flujo de visitantes y, por supuesto, una gestión adecuada de los recursos e infraestructuras públicas. Nada de eso sugiere Exceltur. Por supuesto, tampoco suprimir plazas hoteleras.
sería injusto obviar el silencio de la Administración, empezando por la secretaria de Estado de Turismo, Rosario Sánchez, sobre tan delicada cuestión. El papel del Gobierno es clave para alcanzar el objetivo que se persigue. Renunciar a los pingües beneficios que obtiene el Estado con la llega masiva de turistas no es fácil pensar en restricciones. Con este esquema mucho me temo que volveremos a las medidas ya conocidas y que acaban perjudicando a los residentes. El masoquismo del contribuyente no tiene límites.
Begoña, mal te veo
el viernes acudió -volverá el día 19- ante el juez la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez. Todavía es pronto para determinar en qué acabará todo esto, pero lo cierto es que el asunto ha supuesto una importante vía de agua en la credibilidad de Pedro Sánchez. No conozco ningún caso de corrupción en España que no haya sido negado con rotundidad por sus implicados desde el primer momento, una parsimoniosa investigación judicial les ha desmentido. Por tanto, lo mejor es tener paciencia y atenerse al resultado final. Mientras, las histéricas reacciones desde el palacio de La Moncloa hacen suponer que la cosa tiene enjundia. Veremos.