Esto es Mallorca y ustedes ya saben cómo somos: aquí no se mueve una brizna de aire que no cumpla con la ley a rajatabla; aquí no se ha puesto un ladrillo sobre otro en la historia sin antes tener el visto bueno oficial; no existe ni ha existido jamás una plaza de alojamiento turístico, hotelero o no, que no tenga todos los parabienes legales. Es un tema que llevamos en la sangre. Y por las dudas, a la inspección no se le escapa una. Y no perdonan.
Por eso nos indigna que el santuario de Lluc pudiera no tener autorización. Que sea ilegal. No como santuario sino como hospedería. Ahí duerme gente, sin permiso. El Consell de Mallorca, uno de los organismos públicos más rigurosos de Occidente y tal vez del mundo, famoso por implacable, ha incoado un expediente al santuario. Al parecer ya se sabía desde el anterior mandato, socialista, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha tomado el toro por los cuernos. Y ha sido el Partido Popular –¡quién si no!– el que se ha atrevido, siguiendo su larga historia de contundencia con la ilegalidad.
Marcial Rodríguez, el responsable de turismo en el Consell, fue entrevistado en este periódico sobre el asunto. Afirma que ofrecerá al titular, sea quien sea, «capacidad de defensa y alegaciones», lo cual habla de su magnanimidad. Al mismo tiempo añade que «no sé exactamente lo que está incumpliendo». Se ve que no lee la prensa porque nosotros lo sabíamos todo. Rodríguez explica que «primero tiene que pasar todo el procedimiento y el propietario ha de poder presentar sus alegaciones». Sólo entonces se supone que se podrá informar a la prensa de que se ha incoado un expediente que por el momento no está cerrado y podría resultar que el acusado sea inocente. O sea que por el momento nadie puede publicar nada. Este artículo no existe. Su entrevista, tampoco.
Rodríguez aduce que no puede incumplir con la Ley de Protección de Datos, porque dice «yo no sé quién es el titular» de la hospedería. Puede que sea de un hotelero. O de la mezquita de Muro. Nunca se sabe. No hay que adelantarse. ¿Quién será el dueño del santuario católico de Lluc? «Ese titular [sea quien sea] todavía no ha sido informado de la apertura del expediente». De manera que Marcial Rodríguez no puede contar nada y el titular del santuario aún no ha sido informado. Pero la prensa lo ha contado todo, como secreto que es. ¿Se dan cuenta de lo que es el periodismo de investigación? Se destapa lo que no sabe ni el expedientador ni el expedientado. Mallorca es irrepetible.
Rodríguez nos descoloca al contar que el acta se abrió como «fruto de la labor inspectora del departamento insular, basado en una tarea de ‘scrapping' (técnica utilizada mediante programas de software para extraer información de sitios web)». O sea que así hemos sabido que había un monasterio en Lluc que tenía una hospedería en la que pasaron la luna de miel la mitad de nuestros abuelos. Fueron necesarios varios siglos esperando al ‘scrapping' para pillar a los curas.
Yo no puedo sino mostrar mi admiración por el ‘scrapping', que debe costar una pasta. Uno es de otra época. Yo hubiera ido a Lluc, hubiera leído el cartel que pone ‘hospedería' y, como antiguo que soy, hubiera pensado que eso significa que allí hay una hospedería. No es tecnología punta, pero funciona. No se crean que estoy del todo caduco: también hubiera usado la web turística del propio Consell y donde pone ‘Santuario de Lluc' clicaría para comprobar, bien claro ‘Buchen sie', que significa ‘Reservar' en nuestra lengua turística. No es ‘scrapping', pero también funciona. Y digo yo: si el portal de turismo del Consell remite a la oferta ilegal de Lluc, ¿no habría que abrirle un expediente al Consell por inducir al delito?
Mallorca es el único lugar donde una hospedería con siglos de historia, detectada con software sofisticado pero que cualquier paleto puede ver caminando por la calle, es ilegal al tiempo que hemos legalizado el resto de la isla, incluidas las caravanas. Lo siguiente es multar a los ‘coritos' por cantar a los turistas sin cotizar a la Seguridad social.
Vamos a conseguir dar la vuelta al sentido común y al final el único lugar de Mallorca en el que no habrá huéspedes será en Lluc. Al menos, el corazón estará impoluto. No está mal, porque algo teníamos que mantener limpio de tanto turismo. Una especie de reserva aborigen: así fue Mallorca un día ‘fa molt'.
Pero me estoy adelantando porque aún ni el expedientador ni el expedientado saben nada. En Mallorca esto del respeto de los datos es sagrado. De hecho este artículo no existe. Aquí nunca se habla hasta estar totalmente seguros de lo que decimos.