Puede ser que la verdad también sea mentira. Que estemos en primavera, verano y otoño al mismo tiempo, como ocurre últimamente. Que haya males que por bien no vengan, de ningún modo, males mondos y lirondos que ni siquiera respetan el refranero. Y que todo lo que brilla sí que acabe siendo oro, marketing mediante. Hasta puede que haya infinitos universos, y todos sean el mismo. No sólo pueden suceder las cosas más absurdas, teóricamente imposibles, sino que suceden con asombrosa regularidad. Quizá una partícula pueda estar en dos sitios a la vez, y un escandaloso caso judicial en ninguno. Casi todo puede ser, pero no todo. Por ejemplo, que en la lucha política nuestras derechas peleen con limpieza. Ni siquiera estoy seguro de que exista ese tipo de pelea, pues si no es sucia, no se puede decir que alguien esté peleando. Haciendo deporte, quizá, acaso jugando, pero no luchando de verdad. Ahora se repite mucho que jamás se había visto una gresca tan sucia, con tantas líneas rojas rebasadas, cuando nuestras derechas siempre han sido así, y llevan toda la vida haciendo lo mismo. Sobre todo las mediáticas y periodísticas, maestras de la agitación y la judicialización. Y ni siquiera sólo las nuestras, pues pasa igual en todo el mundo. La ultraderecha israelí, las maniobras jurídicas de Trump para ser inmune a todo, Tribunal Supremo mediante. A diario vemos que cosas imposibles son perfectamente posibles (los viajes en el tiempo, el eterno retorno a ninguna parte), pero en cambio, otras que damos por hechas no pueden ser. Lo intentan, pero no. Por ejemplo, la gota que colma el vaso lo colma precisamente en una gota, jamás puede derramar todo su contenido sobre la mesa, ni inundar la casa. Por una gotita. Tampoco se puede reflexionar acerca de lo que vas a hacer cuando ya lo has hecho. No está prohibido, pero no se puede. Es una estupidez. ¿Qué fue primero, la estupidez o el estúpido? Difícil saberlo, si ni siquiera sabemos si fue primero el huevo o la gallina. Ignoro si en la semana de reflexión que se tomó el señor Sánchez reflexionó estas cosas, o ya las tenía reflexionadas y de ahí que se sumiera en negras cavilaciones. Es igual, porque otra cosa que no puede ser es modificar la realidad mediante el pensamiento. Y mira que se ha intentado millares de veces.
Cosas que no pueden ser
Enrique Lázaro | Palma |