Es muy llamativo que el PSOE intente hacer creer que la declaración de Marga Prohens en la comisión de investigación del ‘caso mascarillas' es clave para saber los motivos por los cuales no se exigió a la empresa de la trama de Koldo los 3,7 millones desperdiciados en material defectuoso. Lo que ocurrió durante tres años que Armengol no movió ni un solo papel para solicitar el dinero a Koldo y compañía no interesa lo más mínimo, pero lo que no alcanzo a comprender es lo que pueda aportar Prohens. Si Armengol dijo que no conocía todas las gestiones de los funcionarios durante su gobierno, ¿es realmente coherente que lo sepa su sucesora? Quizás le puedan preguntar a Armengol por su relación con la trama, sus contactos con Ábalos antes de estallar el escándalo, y si recibió en su despacho a Koldo u otro comisionista de la empresa aragonesa. Si la cuestión ya en sí es absurda, solo defendida por Negueruela y las amortizadas Garrido y Costa mientras el resto guarda un prudente y discreto silencio, más ridículo es hacer creer que Miguel Tellado, dirigente del PP nacional, jugó un papel clave para no reclamar a la trama socialista el dinero de las mascarillas. Todo el mundo entiende que el PP es el primer interesado en hacer ruido con este escándalo, excepto para Negueruela y compañía, que son como los conductores que van en dirección contraria por la autopista e intentan hacer creer al resto que son ellos los que van en buen sentido. Quizás esperan que Prohens aclare en la comisión de investigación quién es el famoso Alberto que sale en las conversaciones de la trama de Koldo.
Lo que conviene aclarar y lo antes posible es cómo una empresa sin experiencia en materia sanitaria se llevó un contrato de 3,7 millones en mascarillas del Govern de Armengol. Queremos conocer el nombre del político que aconsejó al entonces gobierno que contratase a esta empresa de la trama. Y el motivo por el cual no se reclamó el dinero en tres años, además de las causas para emitir un informe sobre la idoneidad del material sanitario. Todo lo demás es ciencia ficción o, mejor dicho, una película mala de Torrente.
Mascarillas y política ficción
Juan Mestre | Palma |