La izquierda está desnortada. Se fue Francina Armengol y se nota la falta de ideas claras. Més no encuentra espacio para voz propia, a pesar de tener un líder como Lluís Apesteguia con la cabeza bien amueblada. Su falta de interés en protagonismo y el miedo a no agitar el totus revolutum de los otros componentes de su coalición le dificulta marcar líneas propias. La izquierda no ha asumido su nuevo rol de oposición. Ante estas limitaciones han apostado por el relato habitual cuando no tienen otros argumentos para tener protagonismo mediático. La llengua en la educación y los organismos públicos. Ponen en jaque al conseller de Educación, ayudados por un errático Vox. Este ha hecho un viraje impuesto desde Madrid. Su caudillo Santiago Abascal no entiende que estamos en otra época y que Balears tiene unas características singulares que no resta a España, sino que la enriquece.
Han puesto en la diana al conseller Antoni Vera. No le conocen. Está acreditada su capacidad y su escrupulosa sensibilidad con la lengua autóctona. Tiene una capacidad de negociación extraordinaria y la comunidad educativa está serena y sin argumentos. Olvidan que la concertada con su potencia contrarresta los exabruptos de una minoría catalanista. Mi admirado Miquel Payeras en su articulo de este periódico acababa con la frase: «Prohens no es Bauzá, pero en política todo es posible».
Así es y si no, miren a Pedro Sánchez, el contorsionismo y los cambios brutales de sus promesas con la realidad actual. Prohens no es de está pasta. Es coherente, serena y tiene clarísimas sus líneas rojas. Ama esta tierra, la conoce y su sensibilidad con la lengua es meridianamente clara. Acreditada su capacidad algo que no ha sido suficientemente valorado. Cogió desde la oposición un partido destruido por Bauzá, sin esperanza, en descomposición. Tejió con habilidad, humildad y templanza un nuevo PP, orgulloso de sí mismo, sin exclusiones, creando puentes para la integración de las distintas familias propias de todos los grandes partidos. Y lo llevó al Consolat, en condiciones adversas. Así pues, denle tiempo. La llengua está a salvo en sus matrices, pero sin olvidar y respetar la sociología actual de nuestra Comunidad.